Los últimos años nos hemos acostumbrado a ver una Pixar algo más relajada y recogiendo las mieles de su éxito con secuelas de sus franquicias más famosas como Toy Story, Nemo o Los Increíbles. Sin embargo, de vez en cuando también nos ha dejado gratas sorpresas como Inside Out o Coco. Estrenando Disney Pixar dos cintas totalmente nuevas este año, Onward tiene la carga de ser la más ligera de las dos, frente a Soul, el nuevo proyecto de Pete Docter (Inside Out). ¿Se confirmará la predicción?
¿Qué pasaría si existieran la magia y las criaturas fantásticas en nuestra época? Esa es la nueva propuesta de Pixar. Onward cuenta la historia de Ian, un joven elfo que al cumplir 16 años se embarca en una aventura con su hermano mayor Barley en busca de la magia para poder disfrutar de su fallecido padre durante 24 horas. En su viaje se toparán con diversas criaturas mágicas como mastícoras, hadas o dragones.
La mitología fantástica se mezcla muy bien con el estilo suburbano al que han dotado al mundo del filme. Así, la época actual y moderna se funde con elfos, cíclopes o centauros de una manera muy peculiar y atractiva. El diseño de personajes, por su parte, es muy colorido y original, y varios de sus protagonistas derrochan carisma y encanto.
Chris Pratt y Tom Holland están geniales como Barley e Ian, respectivamente. Parece que sus personajes estén hechos a medida, sus voces encajan perfectamente con su tono y personalidad, consiguiendo unos personajes muy vivos. Barley es confiado, testarudo, y bobalicón, mientras que Ian es todo lo contrario: tímido, asustadizo y prudente. A ellos hay que sumarles las voces de Octavia Spencer como la divertida Mantícora o Julia Louis-Dreyfus como Laurel Lightfoot, la valiente madre de los dos protagonistas.
El guion vuelve a funcionar de maravilla, y aunque le cuesta arrancar, cuando lo hace nos sumerge en una buddy movie trepidante que derrocha humor por los cuatro costados. Todo ello plagado de referencias a la fantasía y a la cultura popular ochentera como Dungeons and Dragons y tratando temas como la amistad, la familia, la pérdida o la confianza en uno mismo.
Si hay algo que se le da bien a la compañía fundada por John Lassetter es tocar la fibra y llegar al corazón del espectador, y aquí es muy difícil no cogerles cariño a los dos protagonistas tras su propio viaje personal. El humor es otra constante en las películas de Pixar y Disney. Aquí no falla con un genial toque paródico al género, equilibrado muy bien con las partes emotivas, logrando sacarnos muchas sonrisas y carcajadas.
La música consta de temas de corte épico y fantástico que aunque no logra destacar, acompaña notablemente en muchos momentos emocionantes, encajando también con el colorido mundo de fantasía creado para esta ocasión.
Onward es, desde luego, una película que encantará a todos los fans del estudio, y una cinta que sorprenderá a los que piensen que es otra película ligera y desenfadada sin más. No es una de las obras maestras de Pixar, pero detrás de esa fachada se esconde una historia fantásticamente ejecutada, con mucho corazón y magia. Pixar nunca decepciona.