Como si de un cómic de Batman se tratase, Manhattan Sin Salida (21 Bridges), nos ofrece una visión oscura, corrupta y caótica de una noche en la isla de Nueva York . Con la dirección de Brian Kirk y producida por los hermanos Russo, éste film ofrece mucho más que una simple película de acción. El género policíaco está de enhorabuena, con este thriller nocturno, os dejamos la crítica tras verla.
La historia se inicia situándonos en la infancia de Andre Davis, quien es el personaje principal de esta película, interpretado por Chadwick Boseman (Black Panther) . En la primera toma nos deja claro las motivaciones de éste para hacerse policía: su padre asesinado por un delincuente. Diez años después de estos eventos, Andre Davis es un policía con una fama muy peculiar: limpio e incorruptible, pero que no duda en apretar el gatillo si la situación lo exige. Con esta peculiar forma de ver la justicia, se enfrenta a asuntos internos dejando claro que nunca dispara primero, y que hace honor a la placa.
Ese honor a la placa tiene más importancia de la que parece en la historia, pues estamos hablando de un caballero sin capa que imparte justicia con dureza, una mezcla entre Jim Gordon y el propio Batman, siguiendo con las similitudes de Gotham (tanto la serie como la ciudad).
La trama se inicia de manera contundente, con un atraco fallido que deja ocho policías muertos en un tiroteo. Hasta aquí parece un simple caso de atraco con violencia. Pero la llegada del inspector Andre Davis tiene varias lecturas:por un lado, su fama de terminar con los delincuentes le convierte en el perfecto candidato a llevar una investigación para dar con los asesinos de policías. Sin apenas dilación, decide cortar todos los túneles y puentes de acceso a la isla de Manhattan, de ahí el nombre original de la película, «21 Bridges». Los primeros compases del film se centran en la caza de los dos delincuentes, con un especial empeño por parte del jefe de la comisaría de policía a la que pertenecían los agentes caídos.
Hasta aquí se puede contar, ya que la película va mucho más allá. Destacan desde las persecuciones hasta las actuaciones, los tiempos, el sonido, un guión que se evoluciona a medida que avanza el film y sobre todo, la sensación de inmersión que producen todas las escenas, cuidadas al detalle. Apoyada en la firmeza con la que actúa Chadwick Boseman, el desarrollo de la trama recuerda a los largometrajes del género que tan buenos productos han dado.
En este aspecto, Manhattan Sin Salida se posiciona en un escalón muy alto del género, ya que es una película con un guión entretenido, una dirección muy resolutiva y una iluminación protagonista en todo momento. No pasará a la historia como la mejor de su género, pero en su propuesta se enriquece, a medida que los personajes van juntando piezas del caso.
Muy recomendable para pasar un buen rato, con buen sonido, iluminación y actuaciones que convencen.