Crítica de Ana Mon Amour (2017): La Loca y el Calzonazos

Anna Mom Amour

AÑO: 2017 | TÍTULO ORIGINAL: Ana Mon Amour DIRECCIÓN: Călin Peter Netzer PRODUCCIÓN: Parada Film, Augenschein Filmproduktion, Sophie Dulac Productions GUION: Călin Peter Netzer, Cezar Paul Bădescu, Iulia Lumânare FOTOGRAFÍA: Andrei Butică | MÚSICA:  Surorile Osoianu  | REPARTO: Mircea Postelnicu, Diana Cavallioti, Carmen Tanase, Vasile Muraru, Adrian Titieni | GÉNERO: Drama romántico | DURACIÓN: 127 minutos.

La primera impresión que te produce la película de Calin Peter Netzer es la de estar ante una película de festival prototípica. Y lo hace desde la primera secuencia: Cámara en mano, fotografía desaturada, sustitución del plano-contraplano por mareantes barridos que van de un actor a otro y dos personajes hablando sobre Nietzsche con sonido ambiental de un acto sexual. Estos cinco primeros minutos ya están declarando la intención del director: no es una cinta para el público. Ana Mon Amour no es una cinta para la crítica. Es una película para los miembros del jurado.

Todo el metraje es de manual para poder hacer el circuito de festivales sin mayor problema, pero si el comité de admisión no está del todo convencido, pasamos a la artillería pesada. Sexo explícito (completamete explícito. Se ve todo. TODO. Y cuando digo que se ve todo, es que cuando crees que ya de ahí no pasa… ¡Vaya si pasa!), ruptura de la línea temporal, reflexión sobre lo humano y lo divino y lenguaje original en rumano. Que saliera del festival de Berlín con el premio a la contribución artística no debió sorprenderle a nadie. Ana Mon Amour está diseñada para ello.

Yo no pongo en duda que Netzer tuviera mucho que contar y quisiera hacerlo. El problema es que se queda todo en su cabeza. Lo único que te queda claro es que nos cuenta la historia de Toma, que se enamora de la problemática Ana pese al rechazo de sus respectivas familias (que a su vez están todavía peor que su novia). Toma trata de ayudar a Ana a lo largo de los años, pese a que Ana sale de un problema mental para entrar en uno físico y así sucesivamente. Finalmente, Toma pierde el pelo. Al espectador lo único que le va quedando claro es que Ana cada vez está peor de la cabeza y Toma cada vez más calvo. Y punto.

Toda su historia de dependencia emocional, sobre la evolución de las relaciones en la pareja, de la decadencia del amor, del contraste entre la vida interior y la exterior, la necesidad de expresarse y confesar ya sea en la iglesia o en el psicoanalista… todo eso está en la película… solo que no te enteras de nada. Los continuos cambios en el tiempo no ayudan a que vivas la evolución de la pareja, los problemas de Ana nunca llegas a saber si son físicos, mentales o psicosomáticos, no terminas de comprender cómo puede estar tan colgado Toma de ella porque lo único que nos muestra Netzer es todo lo que ella lastra, pero nunca lo que ella le aporta a él. Y todo esto durante dos interminables horas y media tras las cuales empiezas a pensar si también tú has perdido pelo.

Siempre es agradable que lleguen nuevas propuestas a nuestras pantallas. Que en lugar de encontrarnos al enésimo superhéroe de Marvel, sea una cinta rumana la que llegue a los cines es una buena noticia. Pero señor Netzer: nosotros no somos el jurado de Berlín, ni de Cannes, ni nada que se le parezca. No le vamos a premiar con un laurel, sino con una sonrisa, una reflexión y el llevarnos con nosotros su película para siempre. Seguir pensando en ella, que nos haya marcado, emocionado… cambiado. Piense también en nosotros cuando haga su próxima película, porque el premio que el espectador le puede dar es mayor que cualquier Palma de oro.

TRÁILER DE READY PLAYER ONE, VUELVE SPIELBERG

Reseña
Ana Mon Amour
5,5
Artículo anteriorJuego de Tronos: ya tenemos título para el episodio final
Artículo siguienteImágenes del 7×07 de Juego de Tronos
Redactor de cinefilosfrustrados.com - Iba para DaVinci pero me quedé en Christian Gálvez
critica-de-ana-mon-amour-2017Los jóvenes Toma y Ana se conocen en la universidad, se enamoran y se casan. Toma cuida de ella y parece estar al mando de la situación, cuando, en realidad, únicamente está gravitando en torno a una mujer a la que no puede comprender. Cuando Ana vence sus miedos y logra triunfar, Toma permanece aislado, intentando comprender el torbellino que ha sido su vida con ella, enmarcado en la profunda represión y los tabúes de la sociedad de Rumanía.