El segundo capítulo de Dime Quién Soy se emite en Movistar+ la misma noche de su estreno. La vida como espía ciega de Amelia Garaoya empieza en Buenos Aires en 1936, incluso antes, en el barco que los lleva hasta allí.
Crítica de Dime Quién Soy 1×01
Los primeros pasos como pareja de Pierre y Amelia parecen ser un camino de rosas. Vemos su trayecto hacia Buenos Aires y el primer éxito del espía francés: tal y como él esperaba Amelia se mueve a la perfección y entabla una amistad con Carla Alessandrini que les abre las puertas de la élite argentina.
El segundo episodio de Dime Quién Soy empieza con ecos de comedia romántica. Cabe destacar que se cuenta de una una forma bastante atractiva y original estéticamente hablando. Sin embargo, la luna de miel termina pronto, exactamente cuando Amelia entra en la librería para celebrar su primer cliente y se encuentra con la verdad. Esto marca un antes y un después, tanto en su relación como en los personajes.
Hasta el momento Pierre era el líder, un hombre carismático y seguro, tanto en sí mismo como en su trabajo. Cuando Amelia descubre la verdad él pierde su poder, pasan a estar en igualdad de condiciones y él deja de ser superior a sus ojos. Sigue buscando complacerla, pero con otro objetivo, antes quería embaucarla y ahora compensarla. El miedo a Moscú se apodera de él y se va haciendo pequeño mientras que ella se engrandece.
Se produce un cambio de roles y ahora es Amelia la que de alguna manera lidera la relación. La chica entusiasta y en ocasiones algo infantil desaparece para dar paso a una mujer más realista, adulta y reflexiva. Pierde la inocencia, se cae de las nubes al suelo y su cuento de hadas pierde la magia. Por primera vez en su vida se ve sola y sin nadie a quien acudir. Empieza a ser consciente de todo lo que ha dejado atrás y de que su vida ya nunca volverá a ser la misma, porque, aunque quisiera, ya no puede dar marcha atrás.
Max aparece en su vida justo cuando Pierre ya no tiene ningún encanto para ella. Aunque la relación es imposible hay cierta conexión entre ellos, no se conocen en el momento indicado, pero el médico no solo será un personaje secundario en su vida.
En esta segunda entrega vemos una convergencia de culturas e idiomas. La incorporación de nuevos personajes nos trae nuevos acentos, nuevas lenguas y un cambio de aires. Esto consigue darnos riqueza, pero también faena leyendo subtítulos. Pero se agradece, ya que esto no siempre pasa en las ficciones españolas.
Es un capítulo bastante más emocionante que el primero porque empieza la verdadera trama. Empezamos a ver las intrigas políticas y el inicio de la caída de Pierre. Pasan muchísimas cosas en un solo episodio y antes de terminar ya los tenemos haciendo las maletas de nuevo. Parece que en su nueva vida van a ser nómadas y que lo único constante en sus vidas será su unión, que parece tocada, pero no hundida.
El ritmo algo abrupto de Dime Quién Soy para abarcar todo disipa ligeramente el desarrollo de Amelia y no permite conocer cómo se siente exactamente. Se dificulta un poco la empatía con ella y para poder comprender porqué actúa cómo actúa y decide ir a Moscú necesitaríamos que nos dejasen entrar un poco más en su cabeza.
En la misma línea que en su primer episodio, Dime Quién Soy se consolida en todos los aspectos. Si creímos conocer a Amelia en la primera entrega, en la segunda conocemos a lo que será Amelia a partir de ahora. Lo más destacable de este episodio es su crudeza, el golpe de realidad que supone y el antes y después que marca. La intriga, la emoción y los entramados políticos están garantizados y pasaremos del cálido Buenos Aires al frío Moscú.