Roberts y Clooney vuelven y nos demuestran lo colegas que son y lo mal que se les da odiarse con un fondo de palmeras en esta nueva comedia romántica de Ol Parker: Viaje al paraíso.
No os voy a mentir, soy sobornable y acudo al cine incentivada única y exclusivamente por la promesa del viaje a Bali con el que la distribuidora se asegura no patinar en taquilla con Viaje al paraíso.
Entrando rapidito en materia, la anterior película de Ol Parker, Mamma Mía: Una y otra vez– innecesaria y patética secuela de una primera divertida y dignísima entrega que resucitó en buena parte el amor por los musicales y por el grupo Abba-, ya nos dejaba caer cuales son los puntos fuertes de estilo del director, a saber, relaciones amorosas anticuadas y sin sustancia en entornos naturales privilegiados que nos hacen babear.
Película aburrida y alimenticia donde Colin Firth y Pierce Brosnan dan el espectáculo más bochornoso de toda su carrera (mención especial al señor Brosnan que me hizo pensar que el tiempo elimina el talento, sea este mucho o poco, de modo vil o que lo sustituía un doble) a cambio de un sueldo que les compensa de la vergüenza ajena. Y en la que Meryl Streep se puso (oh, sí, gracias, gracias, gracias Meryl!) afortunadamente a salvo. Y Cher no fue tan rápida.
Con estos ingredientes que no van a hacer de él un director de culto pero sí, quizá, recordable por su amor a las postales, Parker perpetra su última guía de viajes contando nada más ni nada menos que con la reina de la comedia romántica, Julia Roberts (discúlpame Jennifer Anniston, tú eres la emperatriz), la vis cómica indiscutible de George Clooney y el exagerado entusiasmo de ambos propiciado por los ceros que habrán incrementado la cuenta corriente de ambos.
La trama es más que previsible, lo que no es tan grave porque nos suelen cobrar entrada por ello de forma habitual pero nos deja claro por si cabía la duda que en cuestión de comedia romántica la Hepburn, Cary Grant, James Stewart, por no hablar del maestro Cukor (¿mejor no hablamos del señor Cukor, verdad Ol?) ya lo hicieron todo hace casi un siglo y esto no dejan de ser variaciones mínimas sobre el mismo tema.
Crítica de `Buena Suerte, Leo Grande´ (2022): El buen sexo
Tanto tiempo después de La fiera de mi niña, Ol Parker trata de seguir su estela sin guion, sin diálogos brillantes ni los ricos secundarios del clásico del gran maestro de la comedia americana (los paisajes no distraen de tanta mediocridad)
¿Qué aporta al género pues Viaje al Paraíso?
Paisajes y delfines, que aparecen en una breve secuencia para forzar un gag a lo Disney que me hizo parpadear y muy poco más. No hay una banda sonora memorable, la dirección es olvidable (¿hay una dirección? Clooney y Roberts no la necesitan para hacer lo que mejor saben y además irse de copas patrocinadas) y una fotografía aceptable considerando que el paisaje pone mucho de su parte.
Como puntos positivos Roberts sigue teniendo su mágica risa y a mí me parece muy atractiva la idea de cultivar algas como salida laboral.
¿Y el resto del reparto? Propicia la somnolencia. Especial mención a la joven pareja casadera que podría haber salido de un catálogo de ropa teenager.
Porque la química entre Roberts y Clooney, indiscutible, es la única que hay en toda la película. La historia de amor de su primogénita está a años luz de resultar creíble y el vínculo surgido junto al mar difícilmente supera la emoción de un anuncio de perfume.
Olvídate de ver Bali, conténtate con lo que de Bali venden las agencias turísticas, un grupo de postales en los que no aparecen personas reales rodada en un resort de lujo y en la que echo de menos una estampida de canguros (que se note que ruedan en Queensland).
- Recomendada para: adictos a los viajes fotográficos por Instagram, personal rendido a la sonrisa de la Roberts, aficionados a la comedia romántica a toda costa, zombies.
- Contraindicada para: fans de Clooney (hay momentos en que apetece mucho lapidarlo a cocos).
- Lo mejor: la posibilidad de dejar el cerebro en encefalograma plano durante el metraje, la risa de Roberts, el azul del mar.
- Lo peor: el resto