Supernormal estrena en Movistar Plus (+), serie original de la plataforma. Algo nuevo, algo actual y sobre todo, una serie que entretiene, a pesar de sus numerosos resbalones. Para seguidores de Modern Family, se recomienda verla obviando la copia de la fórmula «habla a la cámara para contar tus pensamientos». Patricia es la protagonista de una apuesta que, arropando conceptos conocidos, nos ofrece algo diferente y sin la crítica social necesaria.
Supernormal en Movistar + llega con una propuesta clara: humor y dejando en evidencia varios conceptos machistas de la sociedad actual. Por desgracia, la crítica al patriarcado deja la preocupante sensación de que está muy presente en la cultura empresarial. Sí, empresario que lea esto que se moleste: el mundo empresarial es de lo más machista de esta sociedad, de lo más despreciable y abusón que hay en nuestros tiempos. Y esta ficción lo muestra evidente en clave de humor. En ese grito social reside la fuerza de Supernormal.
Miren Ibarguren protagoniza esta serie con ingredientes para triunfar. Su personaje es una mujer jefaza, una super madre que busca tiempo para todo, con la dificultad que existe en la desesperante búsqueda de la conciliación familiar. Ella se encarga de dejar evidente que es capaz de todo, bañando a los niños con el maquillaje impoluto y el pelo peinado a la perfección. Y todo ello, con la única ayuda de un marido medio hombre y una empleada del hogar vietnamita. Aquí es donde la crítica se convierte en ácida.
La serie peca de demasiados tópicos, muchos de ellos ofensivos y sin ninguna gracia. El primero es convertir el personaje empresarial en un espejo masculino, totalmente innecesario y a la vez sin crítica a esa casta social que se encarga de hacer miserable la vida de los obreros que les hacen ganar dinero. El segundo tópico son los chistes racistas con la empleada del hogar, muy molesto en varios capítulos. El tercer error grave de la serie es que no oculta la copia a Modern Family, algo que hace de manera torpe y sin ocultar todo aquello que sí triunfó en Modern Family.
El cuarto tópico es el de poner al hombre como un completo idiota (centrado en las figuras de compañeros de trabajo a los que la protagonista trata como si fueran esclavos) en cada frase de empoderamiento. Es innecesario minusvalorar al sexo masculino para empoderar el personaje femenino. El quinto tópico es el de la mujer que con todo puede, que no sufre, que no le falta nada. En el mundo empresarial eso no existe, en el mundo empresarial los tiburones hacen todo lo que pueden por evitar que muchas mujeres, por méritos propios, lleguen al poder. Y encima luego se permiten el lujo de decir que no hay diferencias salariales en nuestro país. Pero eso es otro tema.
En resumen, estamos ante una serie entretenida, con ánimos de sitcom americana, pero sin la profundidad necesaria ni la crítica suficiente. Se burla del veganismo, del feminismo, de la modernidad, de los colegios con educación evolutiva, de la cultura asiática… y lo hace sin demasiada gracia. Siendo una serie de humor, no termina de arrancarte carcajadas. Pero eso es cuestión de gustos, y si te ha gustado Modern Family, Supernomal sólo copia la fórmula, sin funcionar igual. El mensaje familiar se diluye y los valores brillan por su ausencia. Con algunas virtudes, entretiene pero no convence.