El Proyecto Adam es el estreno de ciencia ficción y viajes temporales para toda la familia que estrena Netflix este mismo viernes. Con Ryan Reynolds y Zoe Saldaña a la cabeza, esperan asaltar el primer puesto del top de las 10 más vistas de la plataforma reina mundial del streaming .
El Proyecto Adam comienza con el bueno de Ryan Reynolds escapando por un agujero de gusano embutido en una nave espacial que transita por el espacio interplanetario cercano a nuestro planeta Tierra. Al aterrizar en nuestros días, se encuentra con Adam, un niño muy bajito para su edad, que ha perdido recientemente a su padre en un accidente, y que sufre de bullying escolar. Pronto se dará cuenta de que el viajante recién llegado es más cercano a él de lo que cabría esperar.
Hablemos primero de su director, el canadiense Shawn Levy, veterano ya en el campo de películas de género fantasía o ciencia ficción combinadas con buenas dosis de comedia. Así, es el responsable de títulos como Noche en el museo (2006) y sus dos secuelas, Acero puro (2011), la más reciente Free Guy (2021) y productor ejecutivo y director de nada más y nada menos que la serie de Stranger Things. Productos todos ellos de buen entretenimiento, más no todos de excelsa calidad.
El Proyecto Adam no va a entrar dentro de sus mejores trabajos y le pasa un poco aquello que solemos decir de luces y sombras. Un producto familiar entretenido, pero que carece de personalidad, relleno con mil clichés, donde se echa de menos un poco de picardía o de mala leche, algo que, por ejemplo, sí tenía su película anterior Free Guy. El niño acosado, la madre que no supera la pérdida de su marido y se siente insegura, el viajante intertemporal que ha de salvar al mundo. Decisiones banales unas y absurdas otras, que no vamos a enumerar y que debes dejar pasar por alto ya desde el mismo inicio porque si no, te va a sacar completamente del filme.
El elenco actoral diremos que no está mal, pero que a excepción de Ryan Reynolds deja mucho que desear, y haciendo el apunte de que tampoco es el mejor trabajo de Ryan, simplemente está correcto. Zoe Saldaña está completamente desdibujada, su personaje no se logra explicar correctamente, no nos queda una idea clara de cómo es, está metido casi con calzador, siendo un McGuffin totalmente innecesario en la historia. El niño que hace de Adam, Walker Scobell, totalmente hostiable y siempre en pantalla, casi insoportable. Mark Ruffalo, buen actor, transmite, pero no te lo llegas a creer por el mismo motivo que ocurre con el de Zoe, no están bien definidos unos personajes que además inciden directamente en la trama de la película.
Este aspecto creo que es obvio que viene lastrado por lo que os comentaba antes de las decisiones banales y absurdas. El problema de no encontrar el tono es constante, no es el de una comedia loca, ya que tiene muchísimos tramos demasiado serios y dramáticos, que hacen que la película tenga unos contrastes bastante extraños. Me parece que debería haber tomado un rumbo más desenfadado y no meterse en esos lodos de vanos intentos de profundidad psicológica.
El apartado musical es un gran acierto, sobre todo si eres un viejo rockero como el que escribe. El primer tema, más bien temazo, que suena es Gimme Some Lovin’ de The Spencer Travis Group, luego podemos escuchar Good Times Bad Times de Led Zeppelin, Let My Love Open The Door de Pete Townsend o el eterno Time After Time de Neil Archer. Esta vez me disculpo porque no he logrado encontrar la BSO en Spotify y de momento no os puedo dejar el link a ella como acostumbro a hacer.
En resumen, igual parece que le haya dado demasiados palos, pero he empezado diciendo que es una película entretenida y para ver con toda la familia. Así que esa es mi recomendación, sienten a sus seres cercanos alrededor del televisor, cocinen unas palomitas con mantequilla y disfruten, simplemente, no piensen mucho en la lógica de lo que ven, ni esperen un producto complejo, ni de ciencia ficción pura… Ni muchísimo menos.