The Great está en Starzplay. Por ello, no la ha visto demasiada audiencia, pero aún así, la segunda temporada no sólo no baja el listón, sino que da un paso más. Apostando por una mayor rigurosidad histórica, la ficción no deja títere con cabeza en esta temporada. Literalmente.
The Great sólo se puede ver en Starz Play Amazon Channel, canal de pago dentro de la propia aplicación. Por suerte para la audiencia, hay un mes gratis, en el cuál da tiempo a verse la primera temporada entera y catar esta segunda aventura. La producción australiana ya fue una de las sorpresas de la temporada 2020. Humor negro, chistes inteligentes y una trama basada en hechos reales, son los ingredientes de una ficción apta para pasar un muy buen rato.
CRÍTICA DE LA PRIMERA TEMPORADA DE THE GREAT
A partir de aquí todo serán spoilers de la trama. Avisamos. En esta segunda temporada, el ascenso al poder de la Rusia de los zares de Catalina II, Catalina La Grande. En la primera temporada, su inocencia se vio truncada por la dura realidad de la corte de palacio. Una corte que es una metáfora de la clase política actual: viven en su propio mundo y se ríen del pueblo. Al final de la anterior temporada, Catalina promueve un golpe de estado para liberar a Rusia de la estupidez del emperador, Peter para los amigos. Un golpe de estado que se inició y tiene continuidad desde el primer capítulo.
El golpe de estado llega a buen puerto, pero el idealismo de Catalina choca con la dura realidad: ni va a ser fácil cambiar la mentalidad del imperio, ni va a ser fácil lidiar con una corte de besugos chupa sangre. El gran acierto de esta nueva temporada es la transformación de la protagonista de idealista a emperadora. En ese aspecto, Elle Fanning da un paso adelante en su actuación, evolucionando a partir de su inocencia y jugando mejores cartas a la hora de apostar por la victoria.
Tras firmar Peter la abdicación del trono, Catalina se encuentra con que la Rusia que hay en su fantasiosa mente, no existe. Ni puede existir. Ella tiene que cambiar sus ideas, adaptarse a la realidad para poderla cambiar. En el momento que asume eso, es cuando la serie toma velocidad de crucero. La piedad no tiene sitio en palacio, y es en ese preciso instante, cuando ella entiende eso, que toma de verdad el poder.
Apenas hemos podido ver tres capítulos, pero ya en los tres primeros capítulos, queda patente el rumbo que toma la ficción. Se aman. Y eso es lo que importa. La relación de ambos es el eslabón más fuerte de la serie, los juegos de poder entre ellos, la gran atracción. Con el trasfondo histórico mucho más fiel a lo que posiblemente fue la realidad, los diálogos entre ambos han tomado un nuevo rumbo: están de acuerdo en su desacuerdo.
Pero ojo, que Peter no se queda atrás. Si bien en la primera temporada sólo parecía un brabucón atontado, en esta segunda temporada se muestra como un retorcido estratega, que aunque parece rendido, presenta batalla. No entra en guerra, pero se convierte en una mosca cojonera, inteligente a la vez que ridículamente infantil. Sigue siendo un noble mimado y caprichoso, pero más inteligente, mejor superviviente y el perfecto aliado para su emperatriz.
The Great es brillante, retorcida en su justa medida, con un humor mordaz que no necesita ser políticamente correcto. En la segunda temporada es más sangrienta, más incorrecta, más perversa y sobre todo, más divertida. Humor negro y sin miramientos, con un palacio despiadado donde Elle Fanning y Nicholas Hoult están brillantes. No pueden vivir el uno sin el otro, aunque vivir juntos sea su mayor pesadilla. Entretenida, inteligente y adictiva.
