Fanático llega a Netflix para explorar el mundo de la fama efímera, los tiktokers, el trap y el modo fan llevado al extremo. Una serie más dedicada y dirigida a un público joven, pero en esta ocasión, sin pretensiones de convertirse en franquicia de la plataforma.
Fanático es otro producto de la factoría Netflix dirigido a un público juvenil. En esta ocasión, en formato miniserie. Una historia fácil y que se puede ver de una sentada. Un formato corto al que Netflix no nos tiene acostumbrados, pero que se agradece con tanto producto que tiene la plataforma actualmente.
Entretenida cuanto menos



Fanático es la historia de Lázaro, un joven de pocos recursos y sin futuro que, por pura casualidad, es un doble casi perfecto de Quimera, el músico más famoso de España y su ídolo. Cuando este muere en plena actuación ante su público y Lázaro conoce a su representante, acabará envuelto de repente en una trama que no esperaba.
La historia se desarrolla desde el punto en el que se convierte en un nuevo Quimera, un artista que no existe, un reemplazo que todo el mundo sabe que es falso y que vive una vida aparentemente de ensueño. Sin duda una metáfora de los nuevos ricos que están produciendo las redes sociales, mal llamados creadores de contenido.
A partir de aquí, la historia se desencadena en una serie de eventos bastante poco verosímiles, pero que no carecen de entretenimiento. Sin pretensiones, la ficción consigue justo eso, entretener. Mantiene el ritmo durante todos sus capítulos y tiene algunos giros de guion muy interesantes.
Fácil de ver



A pesar de parecer una historia muy simple, el hecho de que Lázaro esté continuamente planteándose lo que está haciendo crea un ambiente en el cual el espectador se identifica con los sentimientos del protagonista.
Cabe destacar de Fanático que la batalla moral y mental de Lázaro es el hilo conductor de la historia. Ni siquiera la ambición o la fama consiguen esconder la necesidad de Lázaro de entender dónde se está metiendo desde que acepta el reto de ser la gran estrella.
En resumen, se trata de una serie fácil de ver, de apenas 5 capítulos de aproximadamente media hora. La falta de pretensiones de la ficción es su mayor baza y a la vez su mayor problema, ya que no deja nada abierto para darle continuidad. Con unas actuaciones bastante convincentes y unos personajes que se creen las situaciones que viven, Fanático es una serie que no pretende ni quiere ir mucho más allá.