El Tiempo Que Te Doy es una joya que llega a Netflix para invitarnos a reflexionar sobre el duelo tras una ruptura amorosa. La serie ha sido creada por Nadia de Santiago (Las Chicas del Cable), en equipo con Inés Pintor y Pablo Santidrian. La reflexión es profunda, pero simple, en capítulos de 11 minutos, con situaciones con las que muchas personas se pueden identificar. Se puede ver del tirón, como una película de poco más de una hora, y pensar en ella durante años.
El Tiempo Que Te Doy no es la piedra filosofal que va a traer las reglas del amor para solucionarle la vida a nadie. Es una mini serie que Netflix ha estrenado, es ficción, pero basada en las vidas reales de todos los que alguna vez han amado. El amor es cada vez más superficial en la sociedad, es necesidad y a veces, te consume. Sin pretensiones, esta mini serie explora la relación de los protagonistas desde un punto de vista muy voyeur. Lina (Nadia de Santiago) y Nico (Álvaro Cervantes) son los protagonistas de una historia de amor, ruptura, dolor y luto.
El luto post ruptura es lo que guía la trama. Un luto que se suele saltar todo aquel y aquella que termina una relación intensa, lo intenta tapar con opiáceos emocionales y físicos. A veces, es bueno estar de luto, y en esa base psicológica, se mueve El Tiempo Que Te Doy. No cae en ningún momento en un tono telenovelístico, y eso se agradece. Sólo nos quieren contar una historia de amor, muy personal y nada genérica. Sin rarezas, sin pretensiones ni exageraciones. Es una historia de amor, de ruptura y de luto. Y muy bien contada.
Está tan bien contada que te atrapa desde el primer minuto, con unas actuaciones convincentes y un ritmo pausado. Salta entre los momentos felices de la relación y los momentos tristes. Se concentra más en los momentos malos, dado que es una historia de luto. Eso lo deja claro la serie en todo momento, aquí no hay final feliz, pero ha habido felicidad, y quien ha amado, perdona. Aquí no hay dolor interminable, pero a los protagonistas les ha dolido y lo han superado. Aquí no hay rencor eterno, pero hay amor y odio, sin enquistar.
Desde la simpleza, El Tiempo Que Te Doy nos ofrece ese tiempo. Para reflexionar sobre nuestras propias relaciones. Para Sentirlas otra vez. Lo hace desde el respeto, la dulzura y también la imperfección. Lina y Nico son humanos y por ello imperfectos. La serie hace hincapié en ello, pues nadie siente perfecto. En ello reside la belleza de esta miniserie.
El amor es felicidad, es dolor y es imperfección. El Tiempo Que Te Doy es una historia bonita que muestra emociones sin jugar con ellas. Eso es suficiente para recomendarla, pero tiene mucho más. Descubrirla e identificarse con algunos fragmentos es satisfactorio, y en esa fórmula, han acertado. Está claro que los creadores se han visto ‘Normal People‘, pero no por ello han ido al plagio. Se han inspirado y no copiado, y eso da como resultado un gran producto a tener en cuenta.
Para los solteros, para los amantes, para las parejas, para el poliamor, para el amor intenso, para el amor pasajero. Para todes. Ama, reflexiona, sufre y siente. Y dale una oportunidad a esta producción, porqué la merece. Si Netflix apuesta por historias más profundas como El Tiempo Que Te Doy, va por buen camino.