Confronting a Serial Killer es un documental que llega a Starz para poner luz a algunos de los tantos casos de asesinatos en serie que ha habido en Estados Unidos. Un documental perturbador, que expone al espectador los detalles de investigaciones criminales, centradas en algunos de los peores crímenes cometidos en USA a lo largo de los años.
Confronting a Serial Killer llega a perturbar la mente del espectador y a hacer honor a la frase aquella que persigue a todo fan de las series basadas en crímenes reales: la realidad siempre supera a la ficción. En España no se hace tanto eco a este tipo de asesinos, aunque hay casos que ya se están llevando a la pantalla. Pero en USA, por desgracia, tienen casos para hacer todos los documentales, series o películas que quieran. No es algo positivo, y este documental es un claro ejemplo de que esos crímenes no han dejado de pasar.
Sam Little es el protagonista absoluto de este documental. El mayor asesino de mujeres de la historia conocida de USA, perseguido y cazado, seguía matando sin compasión y con impunidad durante demasiado tiempo. Nacido en la década de los años 40, no fue atrapado hasta 2012, y todos los asesinatos que cometió no fueron detallados hasta que una periodista le puso voz. Jillian Lauren saca a la luz las atrocidades cometidas por este despiadado criminal, y pone los pelos de punta.
Lauren protagoniza una búsqueda de la verdad que pocas mentes pueden aguantar. En su caza de la historia, la responsabilidad de la historia cambia hacia las víctimas y no hacia contar la historia del asesino. Aquí lo importante no es darle voz o notoriedad al criminal, sino a sus víctimas y los familiares de las mismas. Es en ese aspecto donde destaca esta producción, que a lo largo de cinco capítulos traza un mapa de historias que duele oír.
Combinando las historias de personas involucradas en los casos con testimonios de familiares de las víctimas, Lauren recorre los pasos de un ser despreciable, que buscaba contar su historia y que gracias a este documental, queda sepultado por el dolor que provocó. Por desgracia, el documental no deja sólo consternación por la brutalidad y la continua necesidad de matar que tenía Sam Little. Deja un mensaje de preocupación muy claro: el como la justicia falló, estrepitosamente, una y otra vez.
La inoperancia de las autoridades a la hora de cazar a éste asesino en serie es uno de los detalles más inquietantes del documental. La periodista excava profundo y descubre que todo aquello que más temía era real: no se hizo suficiente para pararle, no se hizo casi nada para salvar las vidas de muchas de esas víctimas. Y lo peor de todo, es que cuando Sam Little lo cuenta, se vanagloria al contar que esa ineficacia le animó a cometer más y más asesinatos.
Un documental que te quitará el sueño, donde la periodista toma el protagonismo para contar las sensaciones que le deja cada descubrimiento. Ese sentimiento se hace contagioso al espectador, que horrorizado, no puede parar de seguir lo que se cuenta. Además, el relato real del asesino te hiela la sangre, la tranquilidad con la que lo cuenta, la dureza con la que trata el tema y sobre todo, la indiferencia y falta de humanidad que emana. Documental recomendado para entender que el mal está en el mundo, y el mal es poderoso.