Compartimento Nº6, nominada y premiada en distintos certámenes, incluyendo nominación a los Globos de Oro y premio del gran jurado de Cannes, llega a nuestros cines relatando el largo, tedioso y sobre todo frío viaje en tren que junta a Laura y Lyokha.

Las películas ambientadas en el clásico tren con compartimentos, y camas, despiertan muchas imágenes en nuestra memoria colectiva: los personajes paseando por el estrecho pasillo lateral, los encuentros entre vecinos de habitación, el vagón restaurante, el traqueteo del tren, algún romance por ahí, misterio….Bien sea la referencial Asesinato en el Orient Express (la de 1974, claro), la nunca suficientemente reclamada El expreso de Chicago o los ya míticos viajes de Harry, Hermione y Ron en el Hogwarts Express… Bien pues, Compartimento Nº6 no tiene absolutamente nada que ver.

Compartimento Nº6 (01)

Compartimento Nº6 ocurre en su práctica totalidad en un tren, cierto. Precisando: Laura, una estudiante finlandesa, establecida en Moscú, deja temporalmente atrás a su chica para embarcarse en un largo viaje en tren a Múrmansk para visitar sus petroglifos. Su compañero de compartimento es un ruso con el que tiene un primer contacto tan incómodo para ella como para el espectador: bebido, soez, burlón, rozando el acoso obsceno. Y en ese punto Compartimento Nº6 deja de parecerse a cualquier otro drama ambientado en un tren.

Compartimento Nº6 (02)

A fin de cuentas no se obtienen estos reconocimientos, de todo tipo, con algo mil veces visto en el cine. Y es que, viendo la premisa es obvio por donde irán los tiros entre Laura y Lyokha, Compartimento Nº6 acude a ellos de un modo que convence sin caer en sentimentalismos, trampas ni tópicos cinematográficos. Laura, una excepcional Seidi Haarla, transmite esa mezcla de soledad y miedo cuando uno va hacia lo desconocido. Y al mismo tiempo ese hastío, casi físico, cuando ese camino es tan poco agradable como lo es, de inicio, este viaje: hace mucho frío, su compañero de habitación es un asco, lo que ve por la ventanilla es feo…

En determinado momento de Compartimento Nº6 (elijan ustedes: puede ocurrir en cualquier escena de la segunda mitad de la película) entendemos que esa extraña unión, alentada por el cúmulo de horas, por la necesidad de evasión (hay una pausa en casa de una anciana rusa que es de lo mejor del film), no responde a una amistad tópica, siquiera a un romance predestinado. Laura y Lyokha emprenden un camino plausible de entendimiento mutuo (apuntamos aquí que él, inicialmente, no lo pone fácil…) que florece a ojos del espectador de forma tan orgánica como romántica (sin caer en lo cursi, jamás).

Compartimento Nº6 (03)

Compartimiento Nº6 goza, además, de ese mérito (tantas veces fracasado) de volverse más interesante a medida que avanzan los minutos. En especial desde la mencionada parada en casa de la anciana. Yuri Borísov, en la práctica el único actor central más allá de la mencionada Seidi Haarla, metaforiza esa revelación de estar viendo una gran película: de repente deja de ser un ser molesto para convertirse en uno, tal vez aún molesto, pero lidiando igualmente con la soledad. En los compases finales, brillantemente desprovistos de diálogos, el director finés Juho Kuosmanen consigue las cotas más humanas, incluso agradables, en un entorno que hiela sólo de verlo.

Ah, y como remate, y de forma altamente improbable en un film como Compartimiento Nº6: suena varias veces el mítico Voyage Voyage de Desireless. Impagable.