No es habitual que un documental llegue a la cartelera y que, menos aún, se convierta en un fenómeno de taquilla, con 130.000 espectadores y más de un millón de recaudación. Estas son las credenciales del paso de Caravaggio: en cuerpo y alma por las salas italianas. ¿Repetirá el abrumador éxito en nuestro país?
Cuando cualquiera de nosotros pensamos en documental sobre arte lo primero que se nos viene a la cabeza es la parrilla de La 2. Este tipo de formato y contenido parece más adecuado para su exhibición televisiva, así que la primera pregunta es… ¿Responde Caravaggio a un estándar de producto cinematográfico? Pues sin ninguna duda, sí. Está rodada en 4k para sacar el mayor partido posible a la más mínima pincelada y se percibe un presupuesto mucho mayor de lo acostumbrado a ver en la pequeña pantalla.
En segundo lugar, no es un documental “didáctico”, sino una obra de autor. Michelángelo Marisi, “Caravaggio” no fue sólo un pintor talentoso, de gran éxito en su momento y vida tortuosa. Con esa definición estaba repleta Italia de pintores. Lo que diferencia a Caravaggio del resto es que sin él no se entiende la Historia del Arte. Cambió la manera de pintar tal y como se entendía e influenció a toda Europa.
Muy pocos pintores pueden presumir de haber sido un punto de inflexión en la cultura occidental. Zurbarán, Rivera, Rembrandt, Van Dyck o incluso el mismísimo Velásquez no se entienden sin Caravaggio.
Nada de esto aparece en el documental y casi me atrevo a decir que no vas a aprender nada nuevo de lo que ya sabías tras dos horas de película. ¿Y esto cómo puede ser? Pues porque el mexicano Luis Garcés Lambert usa la obra del pintor barroco para crear la suya propia. Me explico:
Caravaggio, en cuerpo y alma no es muy diferente a todas estas intervenciones arquitectónicas contemporáneas que vemos en edificios históricos. Es más que habitual que el arquitecto realice la nueva obra como si de un proyecto personal se tratara, ignorando absolutamente el edificio antiguo sobre el que actúa. Para estos arquitectos, es como si la obra anterior estuviera al servicio de lo que ellos van a levantar en vez de al contrario. Pues algo parecido es este documental. Qué mejor pretexto que la vida de un genio del arte para realizar sobre él una película de arte y ensayo.
No son muchas las obras de las que trata, hasta el punto de que en los primeros veinte minutos solamente aparecen dos (Es verdad que luego coge carrerilla). Garcés te deja muy claro que no estás visitando un museo o leyendo un libro de arte. Estás asistiendo a una obra cinematográfica. La cámara no deja de moverse en ningún momento, la narración está fracturada, intercala performances en el relato histórico y artístico y la música es total protagonista del metraje. Vamos, que es pretenciosa a más no poder.
En definitiva, Caravaggio en cuerpo y alma no es un documental para aquellos que quieran adentrarse en la obra del genio italiano. Si conoces poco del pintor, Garcés no te va a dejar disfrutar de sus pinturas porque su propósito es otro. Si lo que pretendes es ahondar más en tus conocimientos sobre barroco italiano, menos todavía porque puedes salir bastante frustrado.
Ahora bien, si quieres visionar un documental “de autor”, con un lenguaje diferente al acostumbrado y pretensiones artísticas, más que testimoniales, entonces lo vas a disfrutar. Al fin y al cabo, en Italia ha encantado, y ellos de Caravaggio saben más que nadie.