La Casa de Papel vuelve este viernes a Netflix y con ella nuestros ladrones patrios favoritos. Esta vez con la primera parte de su esperado final. ¿Será más de lo mismo? ¿Veremos la luz al final del túnel?
La Casa de Papel fue una serie aparentemente cerrada con dos temporadas en su paso por Antena 3. Sin embargo, tras la compra por parte de Netflix de los derechos de distribución y su enorme éxito internacional, se dispuso a continuarla con tres temporadas más. En televisión es inevitable que cuando una serie tiene éxito se alargue al máximo para seguir rentabilizando el producto. Todo ello con su correspondiente riesgo de deteriorar la trama y regularidad de ésta cuando se estira mucho el chicle.
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Vuelta a empezar
Este nuevo arco pillaba a nuestros protagonistas en su retiro idílico. Sin embargo, tras la captura de Río por la Interpol, la banda se reuniría de nuevo para liberarle. Esa vez con un nuevo objetivo, el Banco de España. Lo que no sabían es que el robo se complicaría más de la cuenta con la trágica baja de Nairobi.
En este volumen 1 se retoma la trama con El Profesor capturado en su escondite por la inspectora Alicia Sierra y con la banda en situación límite dentro del banco. Además, para no echarlos de menos, podemos volver a ver caras conocidas como a nuestro queridos Berlín y Nairobi a través de flashbacks. A los protagonistas habituales se unen esta temporada nuevos fichajes como Patrick Criado como Rafael o Miguel Ángel Silvestre como René.
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Más vale lo malo conocido, que lo bueno por conocer
Por una parte, tenemos la oportunidad de disfrutar de nuevo de otro robo de nuestros ladrones favoritos, con el carisma de sus personajes, espectacularidad de su puesta en escena, la tensión y dramatismo en cada episodio… Eso unido a unos altísimos valores de producción para una ficción española, la cuidada elección de los temas musicales y algunos actores de gran nivel hacen que sea un auténtico entretenimiento verla. Pero por otro lado no puede quitarse la sensación déjà vu total de las dos primeras temporadas. Todo resulta más de lo mismo y se aportan pocas nuevas ideas respecto al primer caso de la banda, incluyendo la excesivo dilatación de éste.
Eso es lo que nos encontramos en en esta primera mitad de la quinta temporada. Una sucesión de eventos y giros que hacen que la trama avance con cuentagotas pero que aun así logran engancharnos a la pantalla. Esa capacidad no lo logran todas las series y es algo que hay que reconocer y valorar. La Casa de Papel no ofrece nada nuevo pero tiene una facilidad especial para conectar con el espectador. Como pasa en la ficción, estos antihéroes de mono rojo y careta de Dalí han logrado encandilar al pueblo gracias a su arriesgado y honesto propósito. ¡Dar el golpe del siglo a la banca!