Elige o Muere es el título de la nueva apuesta por el terror que nos llega hoy mismo a nuestros hogares de la mano de Netflix. Como mayor reclamo, aparte de su sugerente premisa de videojuego maldito, tenemos a Asa Butterfield, el friki listillo de la aclamada serie Sex Education.
Elige o Muere es el nombre de un videojuego de los 80 recuperado por Han (Eddie Marsan), un coleccionista de gaming vintage. En la misma escena inicial ya se nos cuenta la premisa y forma de funcionar del macabro juego. Su concepción es similar a esos primeros juegos de rol conversacionales en los que se planteaba una situación y había que elegir entre dos opciones. La cosa es que este videojuego tiene una repercusión real e inmediata en el mundo real y la casa de Han se convierte en poco menos que una sala de despiece humana.
El videojuego llega a manos de Isaac y su amiga Kayla, prometiéndoles un jugoso premio en metálico si logran finalizarlo. Kayla es una chica con muchos problemas económicos y una madre devastada por el uso de las drogas, al parecer derivado por la pérdida de su hijo pequeño, ahogado en una piscina tiempo atrás.
Los conocedores de la productora de terror Blumhouse, identificarán las semejanzas enseguida con esta película. Suelen ser filmes de premisa llamativa y loca, relacionado con maldiciones y sin pretensiones de ningún tipo. Productos de terror entretenidos, divertidos a su manera, buenas muertes con mucha sangre, pero también con bastantes «WTF» o traducido al castellano, bastantes «pero qué coño seto«, XD. Ya sabemos que los saltos de fé que habremos de dar serán continuos. Por citar algunos títulos similares de la productora, las sagas The Purge, Feliz Día de tu Muerte, Insidious o Sinister.
Y así es esta Elige o Muere. No es ningún peliculón, pero si te gustan este tipo de trabajos, vas a pasar un rato genial. Un liviano thriller de investigación sobre el videojuego maldito regado con gore y rodado de forma bastante aceptable. Los momentos de tensión en las elecciones propuestas por el juego están bastante logrados. Las actuaciones no desmerecen para nada el resultado y están bastante logradas. Destacamos al siempre siniestro Eddie Marsan, buena elección para el personaje. Que no se me olvide mencionar la apración del mítico Robert Englung, aunque solo sea de forma oral.
La película en general tiene buen ritmo, no tarda mucho en arrancar después de su planteamiento inicial. Y se agradece porque creo que justo cuando se ponía un poco pesada con el drama familiar de la protagonista, cambia rápidamente de tercio para meterse de lleno en el macabrerío, que es lo que realmente hemos venido a buscar.
Me ha recordado bastante a otras películas como la reciente Verdad o Reto (2018), cómo no, también de la productora Blumhouse. No es que sea original, es otra variante más de lo mismo, pero seduce. Entrega lo prometido, que es poco, un sabroso plato, de macarrones con mucho tomate, pero bien cocinado.
Ya sabéis a lo que vais con esta Elige o Muere, no pretende más. No engaña a nadie, no pretende ser profunda, el drama familiar de la prota está bien usado a posteriori y poco más que su liviandad se le puede echar en cara… ¿Y quién quiere algo complejo en este tipo de producciones?
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