Cryptozoo, ganadora del galardón al mejor largometraje de animación en el pasado Festival Internacional de Sitges, llega este fin de semana a nuestros hogares de la mano de la plataforma de streaming Filmin.
Cryptozoo es una suerte de parque temático en el que coexisten toda variedad de animales imaginarios y mitológicos. Lauren es una mujer que trabaja buscando y capturando estos seres para llevarlos al Cryptozoo. Ella, supuestamente, lo hace con la mejor de las intenciones, ya que uno de estos animales le cambió la vida para siempre expulsando las pesadillas de su cabeza cuando era una niña. Ahora ha recibido la información de que precisamente, ese extraño ser, ha escapado del gobierno, que lo mantenía cautivo y que quería usarlo como armamento bélico.
Una mantícora, un grifo, una quimera, un unicornio, Pegaso, elfos, dragones… ¡Hasta el Kraken! Todo bicho raro que te imaginas tiene cabida en esta extraña película. Y no es extraña por mostrar todas estas criaturas, sino por la forma en que lo hace. El dibujo, con un delineado muy marcado y coloreado a acuarela, le da un aspecto artístico clásico, me recuerda a las ilustraciones de antiguos libros de lectura juvenil. La animación es poco fluida, parece que se muevan con pequeños saltos, como si se imitara la técnica de stop motion. Es como una peli de superhéroes para intelectuales, a ratos grotesca y otras veces con mucha belleza, una obra de contrastes.
El contraste también se aprecia en su guion. Podemos ver como parece que existen al menos dos bandos desde un inicio. Están lo que serían los cazadores furtivos, comandados por Mathew, un hombre rubio de porte militar, aspecto casi nazi, que tiene horrorosos planes de muerte y destrucción para con los animales. Por otro lado está el grupo de Lauren que intentan ayudar a los críptidos, recogiéndolos de las calles y llevándolos al refugio que es Cryptozoo.
Esto en un principio puede parecer una lucha entre el mal y el bien, pero según van sucediéndose los hechos nos vamos dando cuenta de que todos están errados, aunque tengan la mejor de las intenciones.
El mensaje que dan es correcto, aunque hay partes que no están tratadas del todo a fondo. Y es que, seamos sinceros, los zoos no son más que prisiones de animales. Son seres a los que se les ha privado de su entorno natural para meterlos entre rejas. Se sabe, por ejemplo, que los delfines en cautiverio sufren de depresiones que les hacen llegar a suicidarse.
Este punto queda claro, pero creo que debería ser más enfático y enérgico. Mostrar de verdad que esos animales a los que enjaulamos para nuestro disfrute, sufren y no tienen una vida plena, por muy bien cuidados y alimentados que estén. Por otra parte, me parece un acierto tratar esto que, por mi experiencia, considero que no ha sido mostrado fuera de algunos documentales.
Así pues, Cryptozoo es una película artística, con buenas intenciones, bastante entretenida, sin embargo, creo que se podría haber dado un paso adelante más, y posicionarse de forma más severa en contra de los zoos, acuarios, parques temáticos y demás lugares en los que se priva a los animales de su verdadera naturaleza y libertad.
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