Netflix, Viernes, 19 de Noviembre. Llega el remake live action del legendario anime Cowboy Bebop; Crítica SIN SPOILERS.
Anime. Mito. Leyenda. ¿Es buena idea adaptar algo con tal descripción al live action? One Piece, 2022, al margen; hablamos de Cowboy Bebop, una de las mejores series anime de la historia, o eso me comentan.
Me he acercado a ver los 10 episodios que componen la primera temporada de esta adaptación sin haber visto el anime; de hecho, conozco tan poco el resbaladizo terreno del anime que ni siquiera había oído hablar de Spike Spiegel; sí, amigos; soy lo que se podría denominar un analfabeto del tema. Es lo que hay, solo tenemos una vida. Al lío.
Supongo que el hecho de estar escribiendo estas palabras sin conocer el material previo también me da un punto de vista concreto; amén de no tener una expectativas específicas y enfrentarme a la historia desde otro lugar. Sinceramente, no sé si la serie complacerá o no a los seguidores del anime, así que si esperas algo parecido a una comparativa o similares unas líneas más abajo, este no es tu artículo; eso sí, en apenas unos días un compañero cuyo nombre no desvelaremos hablará para ti.
Una cuestión aparentemente irrelevante hoy día, momento en el que los capítulos de las series lo parecen de una película de 40 horas y no hay ningún tipo de concepto singular detrás de cada unidad narrativa, resulta pertinente comentar; Cowboy Bebop entiende muy bien lo que supone una temporada en términos conceptuales y temáticos, abre y cierra una parte de su historia; con una clara vocación de continuidad después de su último episodio, pero entendiendo que concluye una etapa.
Un valor diferenciador; es una serie de 2021, con todo lo positivo que ello conlleva; pero asume y abraza también una identidad de historieta pulp clásica y de simple aventura capitular; amigos, no es lo mismo texto que subtexto, microobjetivo para un arco, que estructura narrativa; y en ese sentido, la serie está muy bien construida.
En el apartado visual, muy buena producción; aprovecha muy bien sus recursos, pero quizá un realizador en el piloto más transgresor podría haber propuesto algo más que planos holandeses por doquier para dotar al apartado de una forma más acorde al interesante viaje que nos cuenta; un montaje más seductor, sugerente.
Por último, una reflexión personal; tengo la sensación que, quizá, esto sea el Star Trek que Tarantino contempló hacer, en términos estrictamente tonales y narrativos, que no tanto temáticos o conceptuales.