Vuelve James Cameron con la segunda parte de Avatar, colocando una vez más el cine 3D sobre la mesa. ¿Será esta la definitiva? Me da a mi que no.
El cine nació mudo, en blanco y negro, en formato (casi) cuadrado y en 2D, y ya desde el primer día su intención fue hacerlo sonoro, a color, panorámico y en 3D. No había llegado todavía el siglo XX cuando Edison ya había creado el kinetófono, que sincronizaba sonido e imagen. Fueron los problemas de sincronización los que frenaron el cine sonoro, pero la intención ya estaba desde su nacimiento. Las primeras películas en color también fueron mudas, pues en 1901 ya se estaba experimentando con los filtros de color. ¿El cine panorámico? Echad un vistazo al Napoleón de Abel Gance (1927) que vas a putoflipar.
En serio: El cine mudo es el cine.
Una innovación técnica trae consigo un cambio en el lenguaje cinematográfico. El caso del sonido es el más evidente. De hecho, cambió por completo la manera de contar una película. No solo porque ahora la información se oía en vez de leerse, piensa que el sonido puede estar mostrando algo que está fuera del plano, enriqueciendo la información que recibe el espectador. Ejemplo típico: En una película, la víctima puede escuchar los pasos del asesino sin que a este se le vea aún. Esto en una película muda era imposible.
Pero el sonido cambió por completo el uso de los planos. El plano-contraplano, que es casi el 90% del metraje de cualquier película, nació con el sonido. En el mudo no existía por una razón muy lógica: ¿Qué sentido tenía mostrar el primer plano de un actor hablando y a continuación el del siguiente… si ninguno estaba «hablando»? Por cierto, el sonido enriquecería enormemente las posibilidades narrativas del cine, pero también perdió la riqueza de los planos que tenía el cine mudo. Las cosas como son.
La implementación del sonido, como hemos dicho, es la herramienta más evidente, pero no la única. El formato panorámico le permite al director mostrar más elementos en pantalla y exige componer el plano de una manera diferente. El color se puede utilizar de manera simbólica, psicológica o de mil maneras más (véase la historia de la pintura al respecto). La tridimensionalidad no es distinta y no se puede rodar una película en este formato como se hace en 2D. El cine tridimensional añade fatiga visual al espectador. El director ha de saber que los planos han de ser más largos y estáticos y que en la transición de un plano al siguiente, los elementos en pantalla han de quedarse más quietecitos.
Un ejemplo clarísimo es el «fracaso» de la videoconsola Nintendo 3DS, que al final se quedó en Nintendo 2D porque te volvía loca la cabeza con todo en movimiento en la pantalla. Esto pasaba en las películas de acción que se convertían al 3D, pues creaban un caos en la recepción de imágenes de los espectadores porque no están pensadas para visionarse así. Además, hoy por hoy necesita gafas que restan luminosidad a la película. Si esto no se ha contemplado a la hora de rodar la película, lo mismo te pones las gafas y no ves nada.
Es decir: El 3D precisa de un lenguaje nuevo y si no se rueda con ese lenguaje, la película no funciona. Cameron lo entendió perfectamente y junto con Gravity son las dos películas que cimentaron el cine 3D… pero al año volvimos al cine en 2D. Imaginad que el sonido se hubiera quedado en una moda pasajera y el público volviera a demandar el cine mudo pasados un par de años.
¿A qué viene todo esto? A que cuando una innovación técnica llega para quedarse, su éxito es inmediato. La primera en 3D fue, como no, muda. En 1922 se estrenó The power of love con el sistema de gafas de una lente roja y la otra azul. Fue un fracaso absoluto y sólo se exhibió un día. Al tiempo, se restrenó en 2D. Hasta 1953 no volvió a intentarse que volviera a lo grande con La casa de cera, pero a la vista está que no cuajó. Pesadilla final, la muerte de Freddy implementaba el 3D en algunas escenas oníricas. La idea era cojonuda… pero hasta 2010 no volvió a intentarse establecer la tridimensionalidad como el standard cinematográfico. Y nada, que no hay manera.
El sonido, el formato panorámico y el color cuajaron a la primera. Las 3D no. Nunca ha conseguido convertirse en el lenguaje por defecto, relegando a las películas 2D al mercado de lo anecdótico (como es hoy el formato cuadrado, el blanco y negro e incluso el mudo. Porque sí, sigue produciéndose cine mudo hoy… ¡Porque sigue habiendo directores que saben que el mudo es el cine!)
Así que por más que lo intente Cameron va a ser que no hasta que China conquiste el mundo. Porque no me preguntes por qué, en China el cine en 3D es el mayoritario.