Entramos en el siglo XXI y Sandra Bullock sigue siendo la reina de Hollywood. Más interesada en afianzar su poder y cuenta corriente que en labrase un prestigio como actriz, toda su carrera se centraba en ella. Sandy era la única estrella absoluta femenina que había en Hollywood, esa cuyo nombre llenaba las salas de cine; y quizá haya sido la última. Vamos con Miss Agente Especial.
Miss Agente Especial está producida por ella misma, con un papel hecho a su medida. Se supone que hay un director, pero tengo dos hipótesis al respecto: O Donald Petrie es el pseudónimo de Bullock (Su mascota se llamaba Donald y de niña vivía en la calle Flinders Petrie) o simplemente nunca hubo un director y tuvieron que buscar un nombre al azar por presión del sindicato de directores (No se fuera a notar que una película se pueda hacer sin ellos).
El caso es que tras esta película, Sandra Bullock ya no notaba la diferencia entre tener un millón más o un millón menos, por lo que decidió ser actriz respetada. Eso no se consigue siendo buena actriz. Eso se consigue saliendo en buenas películas, y la filmografía de Sandra Bullock jugaba en su contra. Es verdad que había rodado Speed, pero salía ella como podría haber sido cualquier otra actriz mona y que cayera simpática. Speed era Keanu Reeves. También es verdad que en los 90 una película de acción no estaba considerada Cine en mayúsculas por muy buena que fuera. Faltaba la entrada de Bryan Singer y Christopher Nolan en el universo de los superhéroes. George Miller aun no había llevado a una cuarta parte de un blockbuster a las máximas categorías de los Oscar.
Así que Sandra no tenía nada, excepto cerebro. Rechazada para interpretar Million Dollar Baby, decidió empezar con algo que otra gran estrella jamás hubiera aceptado: Un papel de reparto. Más que de reparto, meramente presencial. Bingo. Crush triunfa en el sindicato de actores, con ella incluida en el premio. Crush triunfa en los Óscar. Sandra lo ha logrado, es tomada en serio y conseguirá lo que una década antes jamás se nos hubiera pasado por la cabeza: verla con un Óscar y que todos pensemos en ella como una actriz de prestigio.
Pero para eso faltaría aun unos años. Estamos en 2000 y esto es Miss Agente Especial. Que, no nos olvidemos, tiene más de una virtud. Cinco, para ser exactos.
Por qué Miss Agente Especial es mejor película de lo que nos han contado:
1. Porque sale Sandra Bullock
Será una obviedad, pero otra actriz no podría haber hecho este papel. Estamos acostumbrados a interpretaciones desgarradas, transformaciones miméticas, acentos calcados o a todo un repertorio de gestos y actitudes. Sandra Bullock no tiene nada de esto, pero sí dos grandes virtudes como actriz que ya las quisieran muchos.
Para empezar es cómica. Cómica de verdad. Es graciosa y no todos los actores lo son. Sandra Bullock demostró que una actriz cómica puede dar el salto al drama. Tom Hanks y Jim Carrey también. Ahora bien, al contrario la cosa cambia. Incluso la mismísima Meryl Streep estaba completamente ridícula en La muerte os sienta tan bien y Vida y amores de una diablesa. Sí… he llamado ridícula a Meryl Streep. Es lo que tiene internet, que cualquier imbécil se cree con derecho de decir una sandez. Seguimos.
Segundo porque es carismática y, vuelvo a repetirlo, no todos los actores lo son. Ese carisma es una gran baza en la comedia. A ver quien es la guapa que se viste de tirolesa y sale airosa. Sólo ella. Bueno, ella y Los Ángeles de Charlie. Pero de ese tema ya hablaremos más adelante. Volviendo al carisma de Bullock, si ganó el Óscar fue precisamente por eso. Se puede aprender a actuar, pero el carisma si no se tiene, jamás lo tendrás.
2. Porque los secundarios no están solo para cobrar el cheque
Y se agradece. Tanto Michael Caine como Candice Bergman cumplen con su papel. A ver, esto no es teatro clásico. Es lo que es. Pero aún así defienden su papel y le dan la réplica perfecta a su protagonista: Aliado y antagonista. Lo de William Shatner ya si eso, otro día.
3. Porque le da la vuelta a los roles de género en una película policiaca
La protagonista es ella y él, su comparsa. Es verdad que técnicamente el jefe es Benjamin Bratt, pero toda la acción la realiza ella y él va a remolque. Si no reivindicativo, al menos es novedoso. Posteriormente Bratt repetiría este mismo esquema en Catwoman… película que me da miedo revisar para sacarle cosas buenas, la verdad.
PD: Qué envidia de piel me da Benjamin Bratt. Tiene el eterno bronceado natural y perfecto. Y después de este comentario extracinematográfico que no venía al caso, sigamos.
4. Porque evita ser maniquea
Lo fácil hubiera sido dar un discurso sobre la belleza interior, sobre por qué las mujeres se prestan a ese escaparate o, simplemente, mostrarnos el cuento del patito feo. Pero Miss Agente Especial va sobre la soledad y la necesidad de sentirse parte de un grupo. Lo que encuentra Gracie Hart es un grupo de mujeres que la aceptan como una más. Encuentra su lugar. Encuentra algo que no imaginaba: Amigas. Da igual que sea un concurso de belleza. Ellas la aceptan y, más importante aún, ella se acepta también. Tu hogar es aquel sitio al que sabes que siempre puedes volver, aunque sea una pasarela.
5. Porque el casting de misses funciona
A ver, ¿de verdad alguien se cree que Sandra Bullock pasaría por una miss? Desde luego, es mona, pero le sobran diez años y faltan diez centímetros. (O incluso quince y quince. O veinte y veinte…) Pero en la película todas las misses tienen más o menos la misma altura, edad y belleza, por lo que cuela. En ese aspecto lo han hecho muy bien, porque de otro modo nadie se lo hubiera creído. Incluso las hay más feas, más guapas, más altas, más bajas…
Y hablando de feas: ¿Se supone que Sandra Bullock lo estaba en la comisaría? Sólo iba sin peinar y comía con la boca abierta. Jamás entenderé por qué estas actrices tienen que ser siendo guapas cuando hacen de feas. Aunque Rachael Leigh Cook llevara un chándal y gafas en Alguien Como Tú, era guapa. Guapísima. Lo único que hacía Anne Hathaway en El Diablo Viste de Prada era llevar zapatos ortopédicos. Y eso que la llaman literalmente fea y gorda. Audrey Herpburn estaba igual de fabulosa en harapos que vestida de Givenchy en My Fair Lady. ¿No entienden que lo verdaderamente divertido es coger a un pibón espectacular como Ana María Orozco y transformarla en Betty La Fea?
Incluso como recurso cómico, funciona más ver a una de estas glamourosas estrellas convertidas en adefesios. A ver si para Miss Agente Especial 3 se leen este blog y me hacen caso.