El día 18 de enero, el famoso grupo francés La Femme – Psycho Tropical Berlin, Mystère – deleitó al público que asistió a la sala La Riviera de Madrid. Aquí la crónica de su espectáculo.
El concierto se celebraba bajo la premisa de la presentación del nuevo disco de La Femme, Teatro Lúcido, un disco completamente en español que la banda sacó a la luz hace unos meses y gracias al cual también pudimos hacer una entrevista con ellos en noviembre, entrevista que podéis leer haciendo click aquí.
Si bien el concierto partía de esta premisa, finalmente La Femme nos dio un espectáculo en el que mezcló canciones de sus cuatro discos sin apenas una predilección aparente por Teatro Lúcido lo cual, si bien me pareció extraño al desperdiciar la oportunidad de tocar al completo su nuevo disco en español en España, resultó una gran decisión por parte de los artistas que dotó de mayor variedad a las interpretaciones, ya que Teatro Lúcido tiene un tono jocoso que podría llegar a hacerse pesado si se interpretara en directo de forma continua durante los 50 minutos que dura el disco.
Con la diversión por bandera
El ambiente del concierto fue soberbio, la sala La Riviera es ya conocida para mí, y aunque se trata de un espacio pequeño, otorga una gran calidad de sonido y calidez entre los intérpretes y los asistentes. Se notaba que el grupo se lo pasaba bien, se podía observar sus chanzas sobre el escenario y era difícil no percatarse del disfrute que suponía tocar el thérémine para Sacha Got o bailar en los interludios musicales para las dos cantantes sobre el escenario. De hecho, los artistas se lanzaron al público en numerosas ocasiones, los espectadores realizaron pogos y el bis final se alargó por cuatro canciones incluso repitiendo por segunda vez el single de Teatro Lúcido, Sácatela.
Sumado a todo esto, todos los aspectos estéticos favorecían sumergirse en el universo psicodélico de La Femme, desde el vestuario de los artistas hasta el trabajo de iluminación pasando por la pantalla holográfica situada en la parte superior del escenario y el logo de colores cambiantes que le servía de fondo.
En resumen, un concierto repleto de buen rollo donde no sé si disfrutaron más los músicos de La Femme o sus fans y que respondió al espíritu libre del grupo.