Mientras la industria cinematográfica mundial se recupera lentamente de su peor momento en décadas, y nosotros ultimamos nuestro regreso al repaso semanal de la taquilla, en Cinéfilos Frustrados inauguramos una nueva sección: un repaso a las películas que hicieron historia por su recaudación y el devenir que ello supuso en el medio. La elegida en primer lugar no podía ser otra que la que todavía es, una vez ajustamos como se debe, el mayor éxito de todos los tiempos: Titanic.
El mundo del cine pegó un vuelco total durante los años setenta. Los hijos del llamado Nuevo Hollywood se destaparon, uno a uno, con sonados éxitos cuyo pilar referencial tuvo lugar durante el verano de 1975: aquel Tiburón de Steven Spielberg lo cambió todo. Llegaremos a ella en otro artículo pero su influencia fue tal que no podemos evitar adentrarnos en el efecto expansivo de ese hito sociológico. El nacimiento del blockbuster moderno supuso la implantación de las películas como evento masivo, de demografía orientada hacia edades menores de lo habitual, y sobre todo una urgencia en la asistencia que cambió la forma en la que se medía la taquilla: las películas pasaban a obtener sus mejores cifras con debuts de infarto y unas primeras semanas de gran impacto. Un joven James Cameron, futuro director de Titanic, fue uno de tantos futuros cineastas marcados por ese fenómeno: Tiburón, Star Wars, Superman, la trilogía de Indiana Jones etc
El éxito descomunal de Titanic, de complejo análisis debido a que, simplemente, gustó a demasiada gente como para encubrirlo todo en una plausible comprensión de los gustos ajenos, parte además de una situación previa probablemente olvidada o incomprensible para el público actual. En 1995-1997, los años en los que se anunció el proyecto y empezó la producción, James Cameron era un director marcado por la saga Terminator, y el evento mundial que supuso la segunda parte, así como por su condición de tipo dado a grandes presupuestos, rodajes de tamaño imposible y efectos visuales que suponían un antes y un después en cada una de sus películas recientes. De repente se nos dice que su próximo proyecto es una recreación del primer y último viaje del Titanic… Con Leonardo DiCaprio, por entonces un Robert Pattinson post Crepúsculo, con una historia de amor por el medio… Como remate se reportan numerosos problemas durante el rodaje: el muy animal ha construido una maqueta del barco escala 1/1, en un tanque en los Baja Studios de Fox en México, el presupuesto de dispara hasta lo que entonces era una salvajada.. Y más, más: se anuncia que Fox necesita a la Paramount para distribuir esto. Y encima, encima, se retrasa el estreno de verano, momento óptimo en taquilla, a las navidades de 1997. Pintaba todo… Mal.
¿Quién iba a ver Titanic? James Cameron podía arrastrar buenas cantidades de fans de su cine, y de la ciencia ficción y acción en general. Leonardo DiCaprio sin duda era una estrella juvenil emergente y tenía su público, mayoritariamente femenino. El cine blockbuster, además, vivía durante los años noventa un revival del género de catástrofes de los años setenta. Sin embargo la mezcla de todo ello no resultaba, de entrada, demasiado alentadora. Los costes de producción, rondando los 200 millones, sugerían que Titanic debía irse por encima de los 500 millones para siquiera recuperar la inversión. En el año anterior, 1996, sólo una película logró superar los 500 millones: el éxito mundial Independence Day, con 817.4 millones. En años anteriores sólo El Rey Leon (863.4), Forrest Gump (677.9), Jurassic Park (914.6) habían superado esa cifra. La situación era la siguiente: el mayor éxito de James Cameron, Terminator 2 con 519.4 millones, apenas servía para Titanic. Y de las mencionadas arriba, una de ellas, claro está Jurassic Park, era el mayor éxito de todos los tiempos. Titanic debía ir, sí o sí, a la caza del podium para ser un éxito claro.
El estreno de Titanic en Norteamérica, tras algunas previas que rebajaron sustancialmente las alarmas, el 19 de diciembre de 1997 obtuvo 8.6 millones en el día de su estreno y 28.6 millones en su primer fin de semana (multipliquen por 2, aproximadamente, si quieren obtener cifras actualizadas). ¿Fueron buenas cifras? Lo fueron pero pongámoslo en contexto: en ese mismo año la secuela de Jurassic Park debutó con unos extraordinarios 72.1 millones, Men in Black con 51, Air Force One con 37.1, el reestreno de Star Wars con 35.9, Batman & Robin con 42.8… Sí, Titanic quedó por debajo de todas ellas. La duración de la película, y la época navideña (aún quedaba para el cambio que supuso la trilogía de los Anillos de Peter Jackson), sin duda relativizaron ese estreno pero no daba pistas de lo que estaba por llegar. Una auténtica monstruosidad jamás vista, ni vuelta a repetir, en la historia de la taquilla.
Titanic, por supuesto, debutó en el #1 pero la clave sucedió dentro de las salas y de cada uno de los asistentes (o casi). Suena romántico, casi cursi, pero no hay otra explicación. A medio camino entre los blockbuster de los setenta y ochenta, de recorrido largo, y el comportamiento obsesivo de la actualidad, el boca a boca fue excepcional. Los asistentes salían pletóricos de la sala iniciando así el contagio eufórico así como el indispensable fenómeno de la repetición de asistencia a un mismo film. El primer hito que debemos destacar del increíble recorrido de Titanic es que en los cinco siguientes fines de semana en Norteamérica logró mayor recaudación que en su estreno. Volvería a lograrlo, además, durante el mes de febrero.
La estampida inicial, ese fenómeno de permanencia, se repitió en Europa y en todo el mundo. En el tiempo que va desde su estreno durante la Navidad y sus nominaciones a los Oscar, Titanic enlazó records en casi todos los mercados. Primero logró fulminar cualquier atisbo de fracaso. Consiguió, rápidamente, recuperar el presupuesto. Las cifras redondas (100, 200, 300 millones en Norteamérica, 200, 500, 700 millones a nivel mundial) empezaban a caer. En el mes de febrero se consideraba ya un evento histórico. El día de San Valentín, recaudó 13 millones en Norteamérica, 8 semanas después de su debut y más que aquel mismo día. En total permaneció 15 semanas en el #1 norteamericano. En el momento en el que James Cameron se proclamaba rey del mundo, con 11 Oscar en la 70a ceremonia de los Oscar, Titanic superaba ya los 500 millones en Norteamérica y había cruzado la hasta entonces imposible cifra de los 1000 a nivel mundial. Cuando Titanic fue coronada como el mayor éxito de la historia aún le quedaba casi medio camino por recorrer en ambos frentes (doméstico y mundial).
Durante los tres meses que van desde su estreno hasta su coronación en los Oscar, Titanic batió tal cantidad de records que necesitaríamos cuatro artículos para cubrirlo todo, pero basta con recordar algunos para apreciar la magnitud de su hazaña: se convirtió en el film de mayor éxito en Norteamérica al superar a E.T. y sus 359.1 millones hasta llegar a los 600.7 millones. A nivel mundial se convirtió en el mayor éxito de todos los tiempos al superar los 912.6 millones de Jurassic Park y terminar en unos increíbles 1843.4 millones. En ambos casos la paliza rozó, o directamente, se dio doblando a su predecesora pero es que en el caso de E.T., ajustando cifras de 1983 a 1997 aún se acercaba siquiera un poco… En el caso de Jurassic Park era un film con apenas 4 años de vida. El impacto de Titanic fue igualmente bestial tanto a nivel doméstico como internacional, fijando cifras que entonces parecían imposibles de asumir. De clasificar y analizar. Aún, hoy en día, se aprecia dicho impacto si, como acabamos de hacer, miramos donde estaban sus compañeras en las listas históricas.
Existe una variable no tan mensurable, más propensa a lo social, que constató la razón final de ese asombroso impacto planetario. Titanic no sólo fue un éxito colosal donde, y sobre quien, solía darse en los blockbuster: gente mayoritariamente joven, o no tanto, que hicieron suyo el film, repitiendo inusitadamente las preceptivas visitas al cine. Fue algo más: Titanic llegó a grupos de edad no habituales en el blockbuster y eso fue lo que lanzó el film de su rebase, histórico a E.T. y Jurassic Park, ya de por sí asombroso, hasta destrozar completamente a la competencia. Básicamente: casi todo el mundo vio Titanic en 1997 y 1998.
En España Titanic arrasó del mismo modo que en los países vecinos y en Norteamérica. Aunque actualmente se encuentra en la cuarta posición en cuanto a taquilla acumulada, con más de 40 millones de euros, si acudimos a la lista que cuenta la asistencia (que es lo mismo que ajustar a la inflación del precio de las entradas), se encuentra en primera posición con 11.2 millones de espectadores (1 de cada 4 españoles sí; por supuesto median incontables repeticiones pero la cifra asusta), muy por encima de Avatar y sus 9.5 millones, E.T. y sus 8.1 millones y a más de 4 millones de la primera entrega de El señor de los anillos.
¿Cuál es el éxito real de Titanic si ajustamos sus valores a 2021? Contando sólo las cifras originales, sin el montante logrado con el reestreno de 2012 en formato 3D, Titanic hoy en día hubiera logrado en Norteamérica más de 1100 millones con unos 120 millones de entradas vendidas. En los rankings por ajuste a la inflación (de la entrada, no del dólar) suele cerrar el Top 5 histórico tras eventos como Lo que el viento se llevó o Star Wars aunque debemos recordar que en esas listas se cuentan todos los reestrenos. Titanic tuvo uno importante. Star Wars varios, Lo que el viento se llevó estuvo años en cartelera debido a otro sistema de exhibición. A nivel mundial apenas hay dudas: Titanic se establecería hoy en día por encima de los 3000 millones siendo, de facto, inalcanzable ya que en 1997 y 1998 todos los mercados que han empujado recientemente a muchos films a lograr más de 1000 millones apenas tenían relevancia cuando se estrenó Titanic. Incluso en el caso, hipotético, de que Titanic hubiera alcanzado menores cotas en esos países (pensamos en China, principalmente, claro), seguiría siendo suficiente como para irse muy por encima de esos 3000 millones. Piénsenlo: en 2012, cuando su reestreno en 2012, Titanic logró 145 millones sólo en China. Y eso que, por entonces, pese a estar ya en pleno ascenso mundial, aún quedaban algunos años para lograr su status actual de primer mercado mundial.
Inevitablemente cualquier record, establecido, o ajustado, está destinado a caer pero desde Titanic sólo el propio James Cameron logró batirse a si mismo con Avatar (merced a precios más altos y un mercado más global). Titanic en estos momentos se encuentra en tercera posición en el histórico mundial, con 2201 millones, unos 400 más que en su estreno original y logrados casi en su totalidad en el mencionado reestreno de 2012 (en si misma esa cifra es otra salvajada pero China, viendo la película casi que por primera vez, fue un caso excepcional). Pero si contamos los 1843 iniciales, sólo cuatro películas han logrado superar a Titanic. Aparte de la mencionada Avatar (+2800 millones) hablamos Endgame (+2700 millones), el Episodio VII (poco más de 2000) e Infinity War (lo mismo). En un caso una productora necesitó como 20 películas; en otro logró la mitad del montante en Norteamérica donde se establece como la mayor saga de la historia; y en el otro, bueno, una vez ajustamos, Titanic se va a otra dimensión. No hay comparación posible: Titanic, desde que los submarinos descienden hacia los restos del barco, hasta que Kate Winslet decide sobrevivir a las gélidas aguas del Atlántico, Titanic fue un fenómeno social nunca visto, ni repetido, en el cine.