No es habitual que llegue a nuestras pantallas biografías de pintores, menos aún de pintoras y más absolutamente extraño que sea de una artista desconocida. Eso sí, Hilma es una pintora que debería aparecer en todos los libros de arte… y entenderás por qué.

La vida de Hilma af Klimt ya es de por sí interesante. Qué digo su vida. Su mera existencia. Hablamos de una mujer pintora que, sin contacto con lo que se cocía en el mundo de las vanguardias, se adelantó al mismísimo Kandinsky inventando el arte abstracto (aunque, para ser justos, ese mérito lo debería llevar el japonés Sengai Gibon, que ya era abstracto un siglo antes). No sólo eso, sino que creó una comunidad de pintoras en su Suecia natal. Más vanguardistas que los propios vanguardistas.

Sin embargo, Hilma se consideró toda la vida una fracasada, una artista a la que nadie entendería. No se movió en los círculos de donde surgieron las estrellas del arte más icónicas del siglo XX y apenas mostró su trabajo. Terminó olvidada, y tampoco es que viva se acordaran mucho de ella. Se negó a que su obra se expusiera hasta 20 años después de su muerte. Hasta ese nivel de convencimiento de que su arte no tenía un lugar. Sin embargo, es la madre de una de las tendencias artísticas más importantes de la plástica que ha llegado al día de hoy. Poco a poco se la va conociendo más, pero casi exclusivamente en estudios con perspectiva de género, no mucho más.

Hilma 02

Para colmo, hasta para descubrir el arte abstracto fue original. Kandinsky estaba obsesionado por cómo la música, el arte no figurativo por antonomasia, era capaz de ser, al mismo tiempo la que más nos impacta emocionalmente. Quiso traducir los mecanismos de la música a la pintura. El suyo fue un propósito cerebral, quería crear el arte definitivo: La música pintada al óleo. Hilma, sin embargo, llegó al abstracto buscando representar aquello que nos rodea pero nadie ve: El mundo espiritual, la energía que lo conecta todo, que está dentro y fuera de nosotros. A su modo, pintar el abstracto era para ella ser más representativa que nadie.

Espero que haya quedado claro que un personaje fascinante para hacer una película… pero una que no dirija Lasse Hallström. Que conste que me parece admirable cómo trascendió las fronteras del cine sueco colocándose en la esfera internacional. Llegó incluso a ser nominado varias veces a los Oscar de la mano de Miramax y los Weinstein con Las normas de la casa de la sidra y Chocolat. Ahora bien, con esos referentes te estarás frotando las manos, pero relaja que Hilma la podría haber rodado cualquiera. No hay nada personal en ella, parece hecha por encargo (y con pocas ganas). El apartado técnico es correcto, pero le echan las mismas (pocas) ganas que su director.

Hilma 01

Y es una verdadera lástima, porque solo al final de la película conectamos con la Hilma que debió aparecer desde el principio. Una fantástica Lena Olin encarna a esa pintora incomprendida, que busca hacerse oír pero no encuentra quien la escuche. Esa sensación de soledad en medio de la multitud que todos hemos sentido en algún momento. Con esa Hilma af Klimt el espectador conecta al instante, y es una pena que Lasse Hallström lo viera cuando ya se le estaba acabando la película y solo porque sale su mujer (está casado con Olin).

Hay destellos hasta llegar allí, como cuando muestra a una Hilma insegura en sus relaciones con el resto de artistas pero desesperada por lograr su aprobación. Poco más, es interesante cuando llegamos al final pero Hallström se pierde por el camino. De momento, Hilma af Klimt todavía busca su lugar en el cine y en la historia del arte, pero al menos, alguien se ha acordado de ella.

Reseña
Hilma
6
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Redactor de cinefilosfrustrados.com - Iba para DaVinci pero me quedé en Christian Gálvez
hilma-critica-2022Hilma af Klint forma parte importante de la historia del arte como una de las primeras pintoras que se atrevió a realizar arte abstracto y una de las más importantes de la historia de Suecia. Sin embargo, a diferencia de la obra de muchas de sus compañeras y compañeros de la época, la suya fue incomprendida y olvidada hasta mucho después de su muerte