Dentro de la nueva Sección Oficial de Competición debuta Aino Suni con Heartbeast en el Atlántida Festival Fest 2022. Película Finlandesa que a ritmo de hip hop una rapera ira desahogando su frustración. Protagonizado por Elsi Sloan y Carmen Kassovitz.
Elina es una adolescente finlandesa que tiene que mudarse con su madre al sur de Francia. Su vida no parece que le vaya bien y su mejor manera de expresarse es con el hip hop. En la Rivera francesa conoce a su nueva hermanastra. Sofía es una joven bailarina que Elina quedará locamente enamorada. Un amor que no tarda en convertirse en una peligrosa obsesión con terribles consecuencias. Rodeadas de música, hip hop, drogas y bailes transcurre Heartbeast, una historia de amor no correspondido.
Lo primero que llama la atención es el físico de Elina. Vestida con ropa ancha, típica de los raperos y el cual hace desaparecer cualquier atisbo de feminidad. Su cabeza rapada de verde recuerda mucho al personaje de Joker y no es nada gratuito. Al igual que el villano de Batman, la protagonista tiene ciertos desequilibrios mentales. Sus obsesiones se intensifican, con lo que lleva a actuar de forma egoísta y cruel. Sin darse cuenta de las consecuencias, solo con un objetivo, tener cerca a Sofía.
Las dos actrices salvan sus papeles, tampoco sin destacar demasiado pero no desentonan. Elsi Sloan da vida a Elina y su cambio físico es espectacular, uno ve fotos de la actriz y no piensa en Elina. El papel de Sofía es interpretado por la bella Carmen Kassovitz, hija del director de El Odio, Mathieu Kassovitz. Tiene ese toque dulce e inocente, pero que a las noches se convierte una pequeña gata.
Interesante como la directora se acerca a la actualidad juvenil. Las redes sociales usadas tanto para darse a conocer o para dañar. Los móviles que se usan para mandar música o grabar videos. El tecno como escape, Elina el hip hop lo usa como expresión de sus pensamientos interiores y otros como lugar de encuentro. Sofía baila como escape. Las fiestas normalmente son privadas, en entornos de lujo donde no falta de nada. Las drogas de moda MDMA o éxtasis para enfatizar y disfrutar al máximo el momento. La historia podía ser de cualquier joven de un país occidental, fácil para que el espectador empatice con Heartbeast.
El problema principal de la película es que no deja de ser algo ya visto. No sorprende. No va a ser un film que se recuerde una vez vista. Esa falta de originalidad le lastra en todo momento. ¿Qué mantiene el interés? Lo bien que crea la ambientación. La atmosfera es hipnótica. El director de fotografía, Kerttu Hakkarainen, hace un trabajo excepcional con planos llenos de vida, de colores vivos, de luces de neón.
Parece ya una moda implantada y que ya se está viendo en el propio Atlántida Film Fest 2022. En Atlantide de Yuri Ancarani las luces de neón y colores de pastel están tan presentes como en Heartbeast. Las nuevas generaciones están siendo influenciados por dos de los directores más arriesgados y personales del momento, Gaspar Noé y Nicholas Winding Refn que en este tipo de fotografía dejan su sello particular. Será pasajero, aunque no hay película de un debutante que recuerde a ellos.
Otro de los protagonistas de Heartbeast es la música. La partitura única de la película está compuesta por JB Dunckel, músico que entre otros trabajos es en Las Vírgenes Suicidas de Sofía Coppola. La letra del rap que canta Elina fue escrita por Chilla, rapera de Francia que imprime en la letra de la canción todo lo que el personaje protagonista siente. Hace un gran resumen, logrando uno de los grandes momentos del film. Y con las escenas de baile es cuando Aino Suni se luce más. Con una puesta de escena preciosa y una potente coreografía, la directora saca lo mejor de sí misma.
El cine finlandés vive un buen momento. Compartimento N.º 6 de Juho Kuosmanen, Los Perros No Llevan Pantalones de J-P Valkeapää, Girl Pictures de Alli Haapasalo que se presenta en este Atlántida Film Fest 2022 o Hatching de Hanna Bergholm que tendrá su estreno en el Festival de Sitges. El futuro del cine de Finlandia parece prometedor y con un buen futuro. Aino Suni sigue esa nueva ola con Heartbeast. Un país que poco era conocido cinematográficamente si no fuese por Aki Kaurismäki. Director que parece que no ha dejado huella entre los nuevos directores. Un cine más internacional, menos nicho y más fácil de ver para la generación actual.