Garra se estrena este fin de semana en nuestros cines, lamentablemente lo hará en tan solo unos pocos seleccionados. Para los que les pille lejos o no puedan acudir, el 8 de Junio se colará en nuestros hogares de la mano de Netflix, la todavía, no sabemos por cuánto tiempo más, plataforma reina del streaming mundial.
Garra es una película puramente de baloncesto. Tanto es así, que el desfile de jugadores y personalidades del mundillo del basket, es poco menos que abrumadora, y casi se convierte en un juego de adivinar quién es quién. Sin duda un enorme reclamo para todos los que amamos este deporte. El desfile no tiene parangón, así podemos ver desde grandes leyendas de la NBA como Julius “Dr. J” Erving, Dirk Nowitzki o Charles Barkley, como a otros más cercanos en tiempo y espacio, como son los hermanos Hernangómez, Álex Abrines o incluso el actual seleccionador nacional, Sergio Scariolo.
El protagonista de la historia que nos ocupa es Stanley Beren (Adam Sandler), un ojeador o cazatalentos que trabaja para el equipo de NBA de los Philadelphia 76ers. Cansado de vivir durante años en aviones y hoteles de cinco estrellas de alrededor del mundo, buscando nuevas promesas, el jefe de la franquicia le propone encontrar un último gran jugador para darle el puesto de entrenador adjunto, algo con lo que Stanley sueña desde hace mucho tiempo. De forma casual, en Barcelona, y tras la lesión de uno de los chicos a los que iba a observar, descubre en una cancha callejera a Bo Cruz (nuestro Juancho Hernangomez). Stanley queda asombrado por este jugador desconocido que parece dominar todas las facetas del juego, por lo que se propone llevárselo con él a Filadelfia para que allí se pueda convertir en un all-star.
Adam Sandler hace ya un tiempo que parece quiere quitarse el encasillamiento de actor de comedia ligera. Tampoco es que haya dejado de hacer sus «cosas», como nos mostró recientemente con la infame El Halloween de Hubie. Lo que también es cierto es que, al igual que pasara con Tom Hanks e incluso con Jim Carrey, el actor parece decidido a demostrar que también sabe hacer papeles meramente dramáticos y que los desempeña de forma incluso superior a los cómicos. Portentosa su actuación en la película también de Netflix, Diamantes en Bruto, de los hermanos Safdie, filme histérico y asfixiante que recomiendo muy fuerte a todo aquel que no lo haya visto.
Garra tiene una grandísima baza y la sabe aprovechar al máximo. Lebron James ha actuado como coproductor ejecutivo junto a Adam Sandler. Esto ha hecho posible, como ya comentaba antes, la más grande comitiva baloncestística jamás reunida en una película. Y es que la verdad que las escenas de acción deportiva son apabullantes. Están bien filmadas, se nota, pero claro, qué mejores actores para esos momentos que los mejores jugadores en el mundo real. No se pierdan detalle de los duelos de nuestro Juancho cuando entra en cancha porque son un derroche de agilidad y brutalidad. Ya cuando toca interpretar momentos dramáticos el listón baja considerablemente, pero aún así no es ni mucho menos lo peor que hayamos visto.
La película la he encontrado flojita en intenciones. Tiene un blanqueamiento en ciertas situaciones que hacen que mi valoración baje algunos enteros. Se sienten casi todas las partes dramáticas faltas de fuerza, en algunas ocasiones me invadía la sensación casi de infantilización, la falta de profundidad es patente. Creo que hubiera crecido mucho si el enfoque tuviera un poco más de mala leche, más cinismo, más de verdad.
El apartado sonoro está genial y la música que acompaña también lo es. Mención especial para el tema ‘Partiéndonos la madre‘ del rapero español Zarcort, del que os dejo el link aquí mismo. Otra curiosidad que os dejo por aquí y que seguro muchos habéis advertido es el cameo de Jaleel White (Steve Urkel en Cosas de Casa).
En resumen, una película que la vais a disfrutar bastante a poco que os guste el baloncesto. Con sus luces y sombras, y una duración de prácticamente dos horas, lo importante es que no aburre y que tiene momentazos de auténtico broche de oro.
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