El día 24 de marzo, el cantante Marcos Crespo, conocido como Depresión Sonora – Historias tristes para dormir bien, El arte de morir muy despacio – dio una lección de lo que un gran directo significa en el Ochoymedio Club de Madrid. Aquí la crónica del concierto.
El concierto se celebraba tras la gira latinoamericana y poco más de un año después de su último concierto en el Ochoymedio Club, y las circunstancias de ambas citas no podían ser más diferentes. En ambos casos Depresión Sonora tenía un nuevo álbum que presentar, sin embargo, en febrero de 2022 las mascarillas aún eran obligatorias en todos los recintos cerrados y eventos multitudinarios, la gente aún estaba pendiente del gel alcohólico y las distancias y eso claramente repercutía en la actitud del público durante las canciones.
Parte I: Introducción a la Entropía
Este 2023, en cambio, la preocupación por la pandemia ha disminuido enormemente y la gente pudo disfrutar totalmente del concierto de Depresión Sonora como una experiencia única y catártica que unió a toda la pista de baile bajo un paraguas de comunión musical.
Recuerdo cómo, el año pasado, el público creó un pogo en la última canción del concierto y es sorprendente que se viera como un acto de rebeldía, más aún cuando en el concierto de este año los pogos comenzaron tan pronto como los primero acordes de la primera canción «Bienvenido al Caos» comenzaron a sonar, como si su título estuviera dotado de un carácter premonitorio que fuera a describir en 3 palabras la próxima hora de sudor y bailes.
Parte II: La Abrazo con Fuerza
El concierto siguió una estructura muy clara y lógica, los tres primeros cuartos de hora estuvieron dedicados al nuevo álbum de Depresión sonora «El arte de morir muy despacio«, donde el artista tocó en orden la mayor parte del disco, manteniendo así la coherencia del álbum conceptual y las temáticas de sus tres partes: El individuo descubriéndose a sí mismo y al mundo; La aparición y el análisis de los traumas, la soledad y el odio; Y asimilar lo aprendido en el camino.
Tras esto, Marcos dedicó los últimos 20 minutos del concierto a tocar algunos de sus temas más conocidos: Ya no hay verano, Gasolina y Mechero, Tú no me tienes que salvar, Hasta que llegue la muerte… Contentando así a sus oyentes más casuales y a los fans más acérrimos que quería una completa interpretación de su álbum más reciente.
Parte III: Muerte y Resurrección
Al final el concierto se resumió en buena música, grandes pogos y muchísimo sudor. Nadie salió del Ochoymedio Club sin comentar el agobiante calor (el primer desmayo sucedió ya en la primera canción) y las grandes cantidades de sudor con las que cargábamos encima, sin embargo, el balance general de la actuación fue tremendamente positivo, todo el mundo se vio contento por la selección de temas, el ambiente en la pista era increíble y en cuanto había cualquier problema siempre surgía una gran cantidad de gente para ayudar, fuera gente en el suelo por los pogos, objetos perdidos o ayudar a Marcos y la gente de alrededor a levantarse cuando éste se lanzó al público.
Depresión Sonora en concierto
Sin duda, una experiencia recomendable y purificadora que no dudaría en repetir (y eso espero hacer cuando tenga ocasión) donde el público y el artista entraron en conjunción para dar una noche inolvidable en la que todos dimos la bienvenida al caos.
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