Tras diez años de inactividad, Dario Argento regresa al cine con Dark Glasses, un nuevo giallo de Serie Z, prácticamente. Verosimilitud, inteligencia, ingenio, coherencia… Todas ellas, condiciones ajenas a Dark Glasses, el mayor despropósito del Festival de Sitges de este año.

Puedes vivir debajo de una roca durante toda tu vida y saber quién es Dario Argento. El padre del slasher es uno de esos directores indispensables del cine de horror que ha creado escuela gracias a grandes obras maestras. Títulos como Suspiria (la original, la mala), Profondo RossoPhenomena forman parte del olimpo del cine italiano, todos dirigidos y escritos por él. Por todo ello, su aparición en Sitges este año iba a ser uno de los momentos más esperados. 

Dark Glasses 01

Dark Glasses es, junto a la presencia del propio Dario Argento, el motivo por el que acudimos un domingo a las 23:30 al Auditori del Melià. Este pequeño giallo aspira a ser un homenaje al propio cine de Argento, cuya cúspide llegó con la violencia explícita y la representación del mal. He dicho «aspira» porque no pasa de eso, de aspirar, porque realmente es un insulto a la carrera del director. 

En el cine, y la vida, es muy importante saber qué eres. Entender tu razón de ser, tu proceder, tu lugar en el mundo. Si eres irreverente, sé irreverente. Aspirar a ser algo más de lo que eres (o diferente) no es solo una pérdida de tiempo, sino una demostración de poca vergüenza injustificableDark Glasses se toma tan en serio a sí misma que es imposible empatizar con un solo segundo del film. Todo resulta ridículo, esperpéntico, incoherente e insultante. La premisa, ya de por sí, es tonta, pero se empeña en no parecerlo, y, desde ese preciso momento, muere.

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Un asesino de prostitutas, un niño huérfano, una escort de lujo matando a los padres del niño y luego quedándose con él… Es complicado imaginarse la cabeza de Dario Argento a la hora de escribir el guion. Debió ser mucho más interesante que lo que ha acabado siendo Dark Glasses, eso  seguro. Entiendo el encanto que puede llegar a tener un film cutre, pero, sin titubear, sé que no formo parte de su público. Dark Glasses puede ser el final de la carrera de Dario Argento, y eso pesa en una filmografía. Hay veces que es mejor aceptar el final y no estirar el chicle.