Que no os engañen, Under The Silver Lake es una de las mejores películas de este año, y uno de los mejores testamentos generacionales de la historia del cine. ¿Exagerado? Analicémoslo.



En 2010, aparecía en el festival de cine de Cannes un desconocido llamado David Robert Mitchell. Firmaba una de las mejores Coming of Age de este siglo: la infravaloradisima El mito de la adolescencia, y ya dejaba pistas de que aquí había un autor fascinante.
Cuatro años después, -con mayor aceptación de público, crítica, y sobre todo, mayor difusión-, consiguió dar un soplo al género de terror con la maravillosa It Follows, por lo que con tan solo dos obras en su haber, ya se posicionaba como una de las voces norteamericanas más polifacéticas y prometedoras del panorama cinematográfico. Han pasado cuatro hasta que hemos vuelto a saber de él, pero la espera, ha merecido la pena.
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Si en su ópera prima era la sutileza y el intimismo lo que brillaba con especial fuerza, en Under The Silver Lake todo es barroco, remarcado, recargado y apabullante. Desde su comienzo, asistimos a un disparadero de referencias a la cultura pop, a través de videojuegos, música, cine, series y sobre todo, creando una invisible -pero palpable- crítica social a todos los organismos que conforman la ciudad de los Ángeles. Pero vayamos más despacio, ¿de qué va Under The Silver Lake?
La cinta nos sitúa en la aburrida y monótona vida de Sam (Andrew Garfield) cuya vida dará un giro dramático tras entablar relación con su vecina, quien desparecerá de forma drástica y será el pretexto para desarrollar una historia que bebe de las mismas aguas de Vértigo, pero que opta por la sátira como vehículo narrativo ante el deleite de giros de guion, humor absurdo, y meta cine de primera categoría.
Y es que, Under The Silver Lake es similar a El Gran Lebowsky en su uso paródico del genero de detectives, transmutándolo y distorsionado hasta crear algo completamente único. Una película auto parodia, que pone en primera plana la corrupción política, el orden mundial, leyendas urbanas y seres sobrenaturales, y consigue armarlos de tal forma que todo resulte orgánico, divertido, y fascinante.
¿Es Under The Silver Lake la película que necesitábamos en 2018? rotundamente si. Estamos hablando de una cinta en la que se nos induce la idea de como la sociedad funciona en base a conceptos. Como todo lo que valemos es pura percepción vendida y consumida por estereotipos que nos han impuesto. De como representamos papeles sin darnos cuenta, y como es el propio cine, la música, o incluso, las celebrities mas acabadas, la cantera para la creación de juguetes rotos, catalizadores de aspiraciones y génesis de frustraciones por comparación entre los ciudadanos de a pie.
Una cinta que ataca a Hollywood como concepto y todo lo que engloba, pero que lo extrapola a un mundo cada día mas interconectado. La privacidad, la conspiración, y el amor, son tres elementos en peligro de extinción, que en Under The Silver Lake encuentran un escenario para poder respirar. Aunque ese amor, no sea mas que el triste recuerdo de aquella persona que ya no te corresponde.
Under The Silver Lake es una obra en la que su director parece desatado, sin miedo, y con ganas de narrar al mundo como de jodidos, superficiales y estúpidos, podemos llegar a ser sin aparente razón. Al final, el héroe de la película, no es mas que un anti héroe que tiene una vida vacía, y que encuentra en el misterio de Silver Lake, la razón para poder seguir respirando un día más.
Y quizás, esa sea la clave para que hablemos de una gran película y no de una notable. En que cuando menos te lo esperas, y sin darte cuenta, David Robert Mitchell te ha colado una historia subterránea, en la que todo la fachada se esconde. En la que la realidad, subyace bajo las cloacas, y en la que la intuición, a través de ese gran invento humano que es la estupidez, acaba por descifrar uno de los mayores enigmas del planeta.