The Last of Us es la adaptación en formato serie de uno de los mejores videojuegos de la historia. Como verdadero fan, aquí tienes mis más sinceras primeras impresiones y la crítica de su sexto episodio, que se estrena este lunes 20 de febrero.
The Last of Us vuelve tras 9 días desde el estreno de su quinto capítulo, ya que cabe recordar que fue adelantado para evitar la Super Bowl. Y es que HBO realizó esta maniobra de última instancia para intentar no perder la gran racha de aumento de audiencia que mantenía la serie desde el estreno de su primer capítulo el 16 de enero. Y, ante la falta de noticias por parte de HBO referentes a la audiencia de Estados Unidos en la noche de estreno, se puede prácticamente asegurar que esa racha -al menos de seguimiento semanal en el estreno- ha acabado abruptamente, ya que como se suele decir, el que calla otorga. Según algunas fuentes no oficiales, la noticia del adelanto no habría llegado a oídos de todos a pesar de la insistencia de la plataforma, provocando el final de la racha récord. Habrá que estar atentos si este nuevo sexto episodio consigue retomar el aumento. Igualmente, el quinto episodio ha conseguido ser el mejor valorado por los seguidores semanales de la serie, redimiéndose por el récord perdido batiendo así otro. Pero vamos a lo que vamos, mi crítica semanal.
El sexto episodio de The Last of Us, otra clase magistral sobre cómo Craig Mazin y Neil Druckmann han logrado que la adaptación funcione, se siente como un gran avance para la serie en términos de desarrollos de personajes. Un oleaje emocional en la historia traído a la vida por Pedro Pascal y Bella Ramsey, quienes entregan no solo sus mejores actuaciones en la serie hasta el momento, sino posiblemente las mejores actuaciones de sus respectivas carreras. A partir de aquí comenzarán los spoilers tanto de este episodio como de los anteriores, quedas avisado/a antes de continuar.
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El sexto episodio crea un desarrollo de personajes fantástico que nos permite respirar entre el horror de Henry y Sam y lo que está por venir. En su conjunto, es un cambio de ritmo bienvenido respecto a la acción frenética de los dos episodios anteriores de Kansas City. Tiene poca acción de la que hablar, pero realmente comprobamos que no hace falta para que la serie nos regale un episodio espectacular. Desde el principio, The Last of Us nos ha ido presentando varios personajes ricos y convincentes que han ido entrando y saliendo de la órbita de Joel y Ellie, pero esta es la primera vez que realmente nos enfocamos en la relación del dúo central y nos sumergimos profundamente en lo que sucede dentro de sus cabezas y cómo se sienten el uno con el otro. El telón de fondo de todo esto es, por supuesto, la comuna en Jackson, donde al igual que Joel nos reencontramos con Tommy, interpretado magníficamente por Gabriel Luna. También conocemos a María, interpretada por Rutina Wesley, que ha sabido captar la esencia del personaje del videojuego, aunque tal vez algo descafeinada. Somos testigos de la vida dentro de la comuna y, aparte del episodio de Bill y Frank, este es el primer vistazo que hemos tenido de una comunidad posterior al brote donde las personas no solo sobreviven, sino que pueden vivir sus vidas. La primera charla entre Joel y Tommy no va como uno se esperaría. Tommy y María van a tener un hijo, y Joel, todavía atormentado por la pérdida de Sarah, no puede reunir nada más que resentimiento cuando escucha la noticia. Con esta charla podemos comprobar de primera mano que Joel sigue en el mismo punto, mientras que Tommy ha conseguido pasar página. Él mismo le reprocha lo siguiente: «El hecho de que la vida se haya detenido para ti no significa que tenga que parar para mí». Tommy, quien siempre ha estado a la sombra de su hermano, quiere reivindicar su derecho a vivir, por eso es un personaje tan interesante. De hecho, en el videojuego no se conoce que Tommy va a ser padre, y pienso que es un punto añadido muy acertado para apoyar su postura.
Este rechazo continúa atormentando a Joel, que termina explotando en el segundo encuentro de ambos. Aquí, la serie se desvía del videojuego y nos regala una escena para el recuerdo, uno de los monólogos más emotivos de la temporada hasta ahora, en la que Joel implora a Tommy que lleve a Ellie con los Luciérnagas en su lugar. La fragilidad de Joel, tanto mental como físicamente, se nos muestra durante todo el episodio y descubrimos su miedo a fallarle a alguien otra vez. Por como expresa estos pensamientos, combinado con lo que sabemos sobre su pérdida al comienzo de la serie, nos ayuda a ver la evolución del personaje, que pasa de ser un mercenario sin compasión a alguien que haría cualquier cosa por evitar que algo le sucediera a Ellie. Podemos verlo derrumbarse y dejar que sus miedos más profundos salgan a la superficie. Sabemos que esos miedos se han mantenido ocultos durante mucho tiempo y que su amor por Ellie ha crecido tanto que no confía en sí mismo para mantenerla a salvo. La voz de Pascal tiembla, su cuerpo tiembla, demostrando una vez más el gran nivel actoral que tiene y porque está en boca de todos desde hace varios años.
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Una vez que Tommy acepta a regañadientes llevarse a Ellie, la tarea de decirle a Ellie lo que sucederá después recae en Joel. Y es este momento en la serie en comparación en cómo sucede en el videojuego lo que demuestra aún más cuán magistrales son Mazin y Druckmann manejando el material fuente original. Y es que los dos showrunners no han cambiado nada. Todo en esta escena, desde la ropa de Ellie hasta sus pensamientos sobre el diario de una niña, es igual que la escena original del videojuego. Esta es la escena en la que Ellie admite que sabe lo que le pasó a Sarah. Esta es la escena en la que ambos se dan cuenta de cuánto han perdido. Y esta es la escena en la que Ellie admite con lágrimas en los ojos que no existe un mundo en el que pueda estar más segura con otra persona que no sea Joel, porque sino estaría aterrorizada. Joel es la única persona en su vida que no la ha dejado, y no está dispuesta a dejar que este renuncie a ella. Una de las escenas más desgarradoras del videojuego, recreada esencialmente línea por línea, que es, de muchas maneras, la base que sostiene quiénes son estos personajes en el clásico de PlayStation. Ramsey y Pascal ponen toda la carne en el asador -sobre todo ella-, ya que su vínculo se rompe momentáneamente, lo que hace que la decisión final de Joel de cambiar de opinión y continuar con Ellie en su viaje sea mucho más gratificante.
La línea de tiempo de la universidad, la causa de la lesión de Joel e incluso los enemigos con los que luchan son diferentes de lo que encontramos en el videojuego. Pero si lo comparamos con la cantidad de tiempo y desarrollo que han obtenido los personajes durante el episodio, una vez más se siente como la decisión correcta. En la historia original, Joel cae desde el primer piso para acabar atravesado por una barra de metal y Ellie vuelve a salvarle la vida matando a los saqueadores. Aquí, Joel es apuñalado rápidamente en la primera interacción protegiendo a Ellie. Si tuviera que elegir, me quedaría con la versión jugable esta vez, pero entiendo que haya sido de esta manera. Lo importante aquí es que Ellie, que dependía de Joel para sobrevivir hasta este punto, ahora es la encargada de cuidar de él. Es un punto de inflexión importante en la historia, un cliffhanger abrumador y, de nuevo, una forma escalofriante de culminar un episodio.
Referencias por un tubo



Este sexto episodio posiblemente sea el que más referencias ha tenido en total y no solamente del primer videojuego, sino también del segundo. No solo estoy hablando de replicar escenas originales, sino que como se ha hecho en otros episodios, las referencias se han introducido casi totalmente a través de los diálogos. Tanto Ellie queriendo saber cazar, Ellie demostrando que no sabe silbar, la aparición de la presa -que toma más protagonismo en el videojuego que en la serie-, la recreación casi milimétrica del asentamiento de Jackson frente al segundo videojuego, Joel queriendo ser cantante, Ellie queriendo ser astronauta o la aparición de Shimmer, el caballo de Ellie. Muchas son referencias traídas directamente del espectacular segundo videojuego ‘The Last of Us: Parte II’, que si bien ahora mismo no tienen mucho sentido, lo tendrán en un futuro con la adaptación en la segunda temporada. Sobre todo la aparición de Dina, una persona muy importante para Ellie en el futuro, que aparece escondida tras una columna observando a nuestra protagonista.
De nuevo, acabo muy contento tras visualizar el sexto episodio, ya que ha servido para definir quiénes son estos personajes y para qué sirve su viaje. Ya podría decirse que The Last of Us se ha establecido como la mejor adaptación de un videojuego que jamás se ha hecho, aunque aún queda contemplar los momentos más difíciles de la serie, así que prepárate, porque si de momento estás disfrutando, ahora viene lo bueno.