The Last of Us es la adaptación en formato serie de uno de los mejores videojuegos de la historia. Como verdadero fan, aquí tienes mis más sinceras primeras impresiones y la crítica de su quinto episodio, que se estrena este sábado 11 de febrero.
The Last of Us continúa levantando pasiones, ya que la serie sigue creciendo rápidamente. De nuevo, la audiencia del último episodio -el cuarto- fue de 7.5 millones de espectadores en su noche de estreno en Estados Unidos, provocando un aumento del 17% frente a los 6,4 millones del anterior. Como ya sabéis si habéis leído mis críticas anteriores, durante sus cuatro primeros episodios The Last of Us ha aumentado su audiencia semana a semana, superándose constantemente. Si comparamos estos datos con su estreno del 16 de enero, la audiencia del cuarto episodio aumentó un 60% las visualizaciones iniciales. Este hecho no suele ser nada habitual, y lo convierte en algo impresionante, especialmente en comparación con el ejemplo de siempre, cierta serie de dragones y Targaryen, que en su día vio una ligera disminución en la audiencia a partir de su tercer episodio. HBO quiere mantener el sorprendente ritmo ascendente de The Last of Us, con lo que ha estrenado el quinto episodio hoy sábado 11 de febrero, 2 días antes de lo habitual. Esta maniobra es causada por la Super Bowl, que es este mismo domingo en el mismo horario donde se tendría que haber estrenado normalmente el episodio. ¿Afectará este gran evento deportivo al aumento de audiencia semanal aun habiendo adelantado su fecha de estreno? Tendremos que esperar unos días para averiguarlo. Mientras tanto, empezamos con la crítica semanal del quinto episodio de The Last of Us, una auténtica maravilla. A partir de aquí comenzarán los spoilers tanto de este episodio como de los anteriores, quedas avisado/a antes de continuar.
Este episodio es por y para ellos



Al igual que Bill y Frank contaron con el suyo, el quinto episodio The Last of Us pertenece a Henry y Sam. Lamar Johnson brilla como Henry, irradiando ese descaro mezclado a su vez con miedo y templanza que tanto caracteriza al personaje. Keivonn Woodard también consigue traernos un perfecto Sam que, en contraste con el videojuego, es sordo, algo que ayuda a mantener un nivel más de inocencia y a ofrecernos varios momentos del final aún más desgarradores. El episodio nos ofrece inicialmente un vistazo al pasado para seguir los pasos de Henry y Sam hasta su encuentro con nuestros protagonistas. Tras la tensión del choque inicial, los cuatro deciden unirse para huir de la ciudad y del ejército insurgente. Ellie y Sam congenian instantáneamente debido a su inocencia compartida de la juventud, al igual que lo hacían en el videojuego. Henry y Joel, por otro lado, son en su mayoría opuestos. Juventud, impulsividad y optimismo frente a experiencia, decisión y pesimismo. Ambos tratan de llevarse por el bien de sus acompañantes y porque tienen un objetivo común.
La serie rápidamente se encarga de no hacernos olvidar que Kathleen, interpretada por Melanie Lynskey, continúa tras ellos y de aportarnos más trasfondo a la torcida relación que mantiene con Henry. El mismo que confiesa a Joel en los túneles lo siguiente: «Soy el malo, porque hice algo malo», haciendo referencia a cuando renunció a la vida de su mejor amigo, el hermano de Kathleen, en pos de obtener las medicinas para salvar la vida de su hermano Sam. Pero el comentario de Henry representa mucho más que eso. Es un reconocimiento de que, para algunas personas, vale la pena cometer el mal si se hace en nombre de alguien que amas. Si observas la cara de Joel durante la confesión de Henry, casi es posible ver las palabras resonando dentro de él, profundizando y afianzando su obsesión por mantener a Ellie a salvo. Son estas pequeñas cosas las que siguen reafirmando a Pedro Pascal como una elección perfecta para interpretar al mercenario, como cuando al ver a Ellie en peligro en la emboscada, introduce un tick nervioso que demuestra el terror y la preocupación que siente -ahora si- por su vida. Teme perderla y que la historia se vuelva a repetir. Su coraza se ha roto.
Más adelante, las cartas se revelan cuando Kathleen consigue acorralar a Henry, le pide explicaciones por entregar a su hermano y este le dice que no podía dejar morir a un crío. Esta interacción nos deja con las frías palabras de la ‘villana’: «los niños mueren, mueren todo el tiempo». Para ella, todo el mundo giraba en torno a su hermano, y está dispuesta a matar a cualquiera para buscar venganza, incluso a unos niños. Unos momentos después, es asesinada precisamente por un niño infectado, haciendo que su muerte tenga un sentido de justicia poética y demostrando de nuevo que el futuro es incierto para cualquier personaje.
Un estudio del alma humana



El quinto episodio de The Last of Us, titulado ‘Resistir y sobrevivir’ es una pieza increíble, en parte porque cambia según su perspectiva. Es una prueba de resistencia, pero también es un thriller de supervivencia, como el propio nombre indica. Es una tragedia compuesta por una serie de personajes, que aún tiene tiempo para ilustrar el crecimiento de Joel desde que conoció a Ellie. Es la segunda parte de la breve historia comenzada en el cuarto episodio, pero también está en diálogo directo con el tercer episodio, que nos relata un precioso romance con un final agridulce, pero que alienta al espectador a amar la vida. Un episodio que nos enseñó que el amor une a las personas para mejor, ya que el amor de Frank transforma a Bill y le hace odiar menos al mundo y amar más a la gente que le rodea. En este quinto episodio, tenemos el ejemplo opuesto, el amor desgarra a las personas. El amor de Kathleen por su hermano la consume. Corrompe su alma y desvía su brújula moral. La pérdida es simplemente demasiado para ella. Lo mismo puede decirse de Henry, al menos cuando se trata de la pérdida de su hermano. Perder a Sam le rompe el corazón. La transformación de su hermano es tan repentina y su reacción tan rápida, que tan pronto como el dolor de su muerte comienza a amanecer sobre él, Henry no puede soportarlo y se quita la vida. En particular, Joel intenta detenerlo sin éxito, posiblemente porque cabe recordar que él pasó exactamente por lo mismo cuando perdió a Sarah, y que seguramente sopesó en varias ocasiones acudir al suicidio. Ambos son hombres que han perdido a la única persona que más amaban, pero su destino es distinto, y es otro ejemplo más que nos pone The Last of Us en el camino para que temamos por nuestros protagonistas.
Más allá de la dualidad emocional de ambos episodios, esta quinta entrega es un potente estudio de héroes y villanos, del bien y del mal, en definitiva, de grises, uno de los temas favoritos de la saga. Neil Druckmann disfruta humanizando a los villanos, y nos lo ha demostrado con la nueva incorporación a la historia de Kathleen. Ella estaba en su derecho de estar furiosa por la traición de Henry, al fin y al cabo, ambos buscan la misma salida, salvar a su hermano, aunque en el caso de Kathleen ya sea imposible. Entonces, ¿cuál es la elección correcta? ¿Debería Henry haber permitido que su hermano Sam muriera? ¿Merece Kathleen pasar por todo lo que ha pasado? Al final, con estos temas nadie y todos llevan la razón, y este desorden inherente se trata de manera intencional en el episodio. Al igual que en el videojuego, las etiquetas simples que a menudo se aplican a este tipo de historias, donde los buenos son buenos y los malos son malos, se modifican. Este cambio nos ayuda a reconocer que la vida está llena de decisiones difíciles que no tienen respuestas sencillas, tanto antes como después de un supuesto apocalipsis.
Nuevos infectados y referencias



Definitivamente, este episodio es un regalo particular para los fanáticos del videojuego, debido a la cantidad de referencias que introduce. Las escenas que tienen lugar en los túneles subterráneos no solo sirven como un engaño efectivo para el fan, ya que en el videojuego están llenos de infectados, sino que también rinden homenaje a una historia que podría haber sido perfectamente otro episodio que ampliara aún más el drama de la serie. En ambos videojuegos de la saga, en los momentos donde el jugador busca recursos, se introducen pequeñas historias que se narran a través del escenario y de notas que el jugador va encontrando, como la nota que aparece al lado del cuerpo colgado de Frank, donde descubrimos que él y Bill eran pareja. Estas pequeñas historias ayudan a dar más profundidad a la trama y a los estragos que ha producido el brote en la humanidad. Y es que, precisamente en los túneles, se encuentra una de las historias secundarias más devastadoras del videojuego que la serie ha sabido replicar genialmente, aunque no del todo.
Podemos ver los restos de la comunidad de Ish, un superviviente de una comunidad que decidió quedarse bajo tierra tras el brote, pero que acaba siendo infectada por completo. La serie lo deja ahí y no indaga más, pero en el videojuego descubrimos que era una comunidad con muchos niños pequeños y que cuando empezó a venirse abajo, Ish se encerró en una habitación con todos los niños -le habían mordido- mientras que los infectados intentaban tirar la puerta abajo. Con una nota de suicidio, explica y pide perdón porque no le quedó más remedio que meter un tiro en la cabeza a cada niño para así salvarlos del horror del brote, para luego después suicidarse. Lo más duro es que como jugador puedes entrar a la sala donde se ven varios esqueletos de niños pequeños al lado del de Ish. Otro recordatorio desgarrador de la volatilidad de la vida en este mundo.
Si continuamos con las referencias claras, la siguiente proviene de Ellie y Sam cuando encuentran un cómic llamado Savage Starlight, un coleccionable común que se encuentra mientras juegas y que pertenece a la colección favorita de Ellie, como bien se nos muestra. La siguiente se desarrolla en una escena de acción extendida que engloba el enfrentamiento de un francotirador con nuestros protagonistas a través de una larga avenida. Se trata de una secuencia arrancada directamente del videojuego y presentada con la misma cantidad de tensión. Me impresiona la facilidad con la que se trasladan aspectos puramente de jugabilidad -cuando Joel los protege con el francotirador- a lenguaje cinematográfico y quedan sencillamente perfectos, aparte de nuevo de la inclusión de diálogos calcados con el videojuego que no desentonan en absoluto en una producción de este calibre. Todo esto habla muy bien del guion del juego y lo puramente cinematográfico que es. Por último, hace su entrada triunfal el hinchado, una de las fases más avanzadas del cordyceps. En el segundo episodio pudimos ver a los clickers o chasqueadores, una fase avanzada letal. Pero si en el videojuego ya es complicado acabar con la vida de un clicker, peor es cuando te cruzas con un hinchado, la criatura más letal del brote, algo que se muestra perfectamente en el episodio.
Un final desgarrador



La revelación desgarradora de la mordedura de Sam se muestra de una manera espectacular, solo y de la única manera que un niño podría hacerlo, en una escena conmovedora interpretada magníficamente por los jóvenes actores. La inclusión de la pizarra permite que el espectador mastique cada segundo de la emotiva escena, donde asistimos a un añadido genial respecto al videojuego. Ellie trata de ayudar a Sam haciéndose un corte para así restregar su sangre contra su mordedura, prometiéndole que eso le salvará. Lamentablemente, poco después descubrimos que este acto de bondad no ha sido suficiente y vemos al pequeño Sam de espaldas frente a la ventana mirando directamente a la luz, un simbolismo claro de que está en otro lugar.
Al igual que vimos en el tercer episodio, nuevamente The Last of Us logra conectarnos profundamente con unos personajes durante un período de tiempo limitado, tanto que la tensión y el horror de las muertes finales pueden sentirse en el ambiente, demostrando la gran calidad de la escritura que hay en juego. Las actuaciones compasivas de todos los actores contribuyen inmensamente a la crudeza de los momentos finales de este capítulo, incrementando más aún el mismo drama que los fans vivimos en el videojuego. La interpretación en este capítulo de Bella Ramsey es sencillamente espectacular. La actriz consigue robarse el show y transmitir el pesado peso del dolor que siente por la muerte de ambos hermanos. El último golpe en el estómago viene dado cuando descubrimos lo que escribe en la pizarra tras emprender de nuevo su camino: ‘Lo siento’, una disculpa final a Sam por no poder haberlo salvado. Un final trágico que muestra que incluso las almas más bondadosas no pueden librarse del destino más cruel, y que se desarrolla casi exactamente paso por paso a como lo hace en el videojuego.
De nuevo, una adaptación redonda



El quinto episodio de The Last of Us nos presenta a los hermanos Henry y Sam, los cuales agregan una buena capa de calidez a la relación de Joel y Ellie, ayudando a nuestros protagonistas a progresar tanto en sus viajes físicos como emocionales, y llevándolos a uno de los puntos más importantes de la serie. Otro episodio fantástico del éxito que está siendo The Last of Us para HBO con un final inolvidable y desgarrador, uno que se basa de manera impresionante en lo que vino antes, mientras presagia siniestramente lo que puede venir a continuación. El episodio, al igual que todos de momento, ha conseguido sorprenderme -aun sabiendo lo que iba a pasar-, llegarme mucho más que como lo hizo en su día cuando lo viví por primera vez jugando y, por si fuera poco, acierta introduciendo cambios que mejoran la historia y le dan más profundidad. Es una adaptación de 10 y, por lo tanto, no puedo darle menos, ya que estamos ante otro episodio redondo como lo fue el primero. Y como siempre suele decir, si creíais que esto es todo, de verdad, no ha hecho nada más que empezar.