The Gravity, película de estreno de hoy en Filmin del Atlàntida Film Fest de 2023, dentro de la sección oficial a competición. De las pocas dentro de concurso que tienen algo de cine de género, aspecto muy a agradecer, aunque solo sea para distraernos un poco de tanto drama y ‘coming of age’ de este festival en general, pero sobre todo de esta sección.
The Gravity ya comienza presentándonos al cuarteto protagonista. Los 3 niños y la gravedad… Sí, esa fuerza que nos atrae, que nos aplasta de forma continua e incesante contra la superficie terrestre. Una fuerza inmutable en nuestro planeta, bajo la cual hemos aprendido a vivir y a tener en cuenta de forma innata para cualquier acción e incluso pensamiento o invento imaginado. Esta fuerza es la responsable del desencadenante de la muerte de un amigo y hermano de los niños y el tema que subyace y que le da subtexto a la película por completo.



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Los niños se hacen adultos en el mismo suburbio parisino en el que pasó el acontecimiento, pero las cosas han cambiado. Ahora el barrio está en manos de una banda de adolescentes llamados los Ronin, palabra japonesa para designar a los samuráis que no tenían amo. Es una banda cuanto menos inusual. Gobiernan el suburbio con mano de hierro debido a que son multitud, pero no tienen un jefe designado, todos son igual de importantes en el grupo y su objetivo principal no es el egoísmo, sino el mejorar ese ghetto del que son prisioneros. Así se ocupan de arreglar los maltrechos y dejados edificios y de las calles.
Por otro lado está nuestro trío protagónico. Son vieja escuela, los nuevos tiempos los atropellan y se hace evidente que en este nuevo mundo no tienen cabida. Joshua (Steve Tientcheu) está en silla de ruedas desde que sufriera la caída que vimos en el prólogo, y se dedica al mercadeo de diferentes sustancias ilegales, cosa que no gusta mucho a los Ronin. Daniel (Max Gomis) vive en una lucha constante contra la vida que tiene junto a su hermano y de nuevo contra la gravedad, ya que es atleta profesional. El tercero es Christophe (Jean-Baptiste Anoumon) que acaba de salir de la cárcel y busca venganza contra los Ronin, que fueron los causantes de su encierro en prisión.



Toda esta puesta en escena tiene un elemento que subyace continuamente, el de la gravedad. Y es que nuestra Tierra está siendo sometida a los caprichos del universo. Una alineación extraordinaria de los planetas del sistema solar está haciendo que esta fuerza, hasta el momento imperturbable, esté cambiando. Poco a poco la gravedad se hace más fuerte, de forma apenas apreciable, pero haciendo que cambie la forma en la que se desarrolla un mundo atado a esas leyes conocidas hasta el momento.
El barrio mismo es la gravedad. Se nos hace un hábil símil. Al igual que de la gravedad nos es imposible escapar, a los niños y en general, gente de ese barrio, les es imposible evadirse. Daniel, el atleta, tiene un plan para escapar a toda costa con su mujer e hijo. Pero la tarea es harto difícil. No es tan sencillo dejar a su hermano minusválido en ese guetto en el que ya no le quedan amigos de verdad. Tampoco es fácil tener que dejar la otra única vía de escape que tenía, el atletismo. Se hace patente esta dificultad hasta en que Daniel no es capaz de contar a su hermano ni entrenador que está a punto de dejar el país para emigrar a Canadá e intentar escapar de la gravedad (su barrio).
The Gravity tiene una atmósfera realmente conseguida. En todo momento podemos palpar esa gravedad y el cambio que está produciendo en las vidas de este grupo de personajes. La banda de los Ronin se están obsesionando con el alineamiento planetario y se están convirtiendo y malogrando en una especie de secta astral. La música está perfectamente integrada y el sonido es un elemento más para conseguir esa ambientación opresora, achatante, nos aplasta como la misma fuerza gravitacional hace.



Los actores están francamente bien, hasta los adolescentes dan el pego y se sienten empáticos. Debo decir que en la parte final ha habido algún momento de acción que me ha sacado un poco del filme, pero no creo que haga desmerecer mucho esta The Gravity.
Sin más, me despido, aconsejando el visionado de este trabajo del director y guionista Cédric Ido, de origen burkinés, pero crecido en un barrio de París, por lo que conoce el tema del que habla. No creo que vaya a ganar el festival, más estando en competición la estupenda ‘Dalva’, con un magistral uso del lenguaje cinematográfico, y de la cual os dejo la crítica del nuevo redactor de Cinéfilos Frustrados, Nicolás Vega… Denle calorsito.