Sin malos rollos es la nueva comedia de Jennifer Lawrence que se estrena hoy en cines. Una comedia que se pierde en el drama y que no logra convencer a pesar de su premisa.
Sin malos rollos retoma parte de las comedias que solían reinar en Hollywood hace años y que poco a poco se han ido desinflando hasta el día de hoy. Si bien muchas tuvieron éxito, quién no se acuerda de la trilogía de ‘Resacón en las Vegas‘ o ‘Algo pasa con Mary‘, últimamente las comedias principalmente han quedado relegadas a las plataformas. Sin malos rollos es la apuesta por volver a las comedias con actores archiconocidos, como es el caso de Jennifer Lawrence, que funciona en un principio, pero se pierde a mitad de camino.
Maddie Barker, interpretada por Jennifer Lawrence, necesita dinero para salvar el hogar de su infancia. Unos padres helicóptero, interpretados por Laura Benanti y Matthew Broderick, publican un anuncio en Craigslist donde dicen que su hijo de 19 años, Percy, interpretado por Andrew Barth Feldman, nunca ha tenido novia y necesitan que una chica le saque de su caparazón antes de irse a la universidad. Maddie será la chica que intentará seducir a Percy.
¿Comedia o drama? ¿En qué quedamos?



La culpa de que Sin malos rollos no funcione en mayor o menor medida no radica en la actuación de Lawrence o de Feldman, puesto que ambos consiguen mantener el tipo y dar lo mejor de sí. Tampoco es necesariamente un problema de dirección, ya que en este tipo de películas no se busca que ese sea un aspecto a destacar. El problema, por supuesto, radica en el guion. Aunque la premisa parece funcionar en un principio y proporciona el búfer necesario para la comedia, Sin malos rollos no cumple su promesa de comedia gamberra durante toda la duración de la cinta. Si bien hay algunos momentos divertidos -casi todos ubicados en el primer acto-, la cinta parece más centrada en la dramatización de la narrativa que en divertir per se. A partir del segundo acto, se queda tan atascada en los problemas que presentan los personajes que simplemente no hay mucho espacio para reír, y se supone que quien haya ido a ver esta película espera, sobre todo, reírse. La dependencia de la película del drama romántico sobre la comedia es realmente evidente y pienso que es un gran error. Entiendo el porqué, ya que las comedias han evolucionado hasta tal punto de necesitar ofrecer un aliciente más allá de la propia risa tonta, pero en este caso, especialmente con una película con una trama que da pie a la comedia más absurda, Sin malos rollos desaprovecha la oportunidad. Y ya por último, ni que decir tiene que prácticamente todos los chistes más destacables están en el tráiler, una práctica habitual en las comedias de los últimos años, y otro de sus grandes peros.
Recortes de última hora



En el transcurso de Sin malos rollos es clarividente de que ciertas escenas estaban planeadas para durar mucho más tiempo. Escenas ‘clave’ de la película parecen resolverse en apenas unos minutos y transmiten la sensación de estar inacabadas, algo así como si faltara algo y no se desarrollaran de manera natural. Este problema es más evidente en el tercer acto, que parece haber sido recortado casi por completo en postproducción. Tres eventos importantes ocurren en el transcurso de un montaje de tres escenas y 30 segundos, mientras en los momentos anteriores a estos eventos nos hacen creer que un personaje tiene otras inquietudes para que al corte sea todo lo contrario. Es de suponer que todo esto se debe a que no se quería entregar un producto de 2 horas, pero, después de pasar 90 minutos con estos personajes, un mayor cierre de algunas de las grandes decisiones que toman al menos habría hecho que la historia en sí se sintiera más completa y no tan vacía al final -incluso la escena final que da paso a los créditos se siente abrupta-.
Sin malos rollos no logra aprobar en lo que a comedia se refiere, pero sí que se mantiene entretenida a lo largo de la cinta, a pesar de que prácticamente los chistes se desvanecen por completo a partir del primer acto. No es recomendable para quien busque reírse de verdad, pero para quien busque pasar un rato entretenido en una sala de cine sin muchas expectativas es su producto ideal.