Operación Fortune: El gran engaño es la nueva comedia de acción protagonizada por Jason Statham haciendo lo que mejor sabe hacer, pegar palos. La película se estrena este miércoles 4 de enero en cines.
Operación Fortune: El gran engaño es la nueva cinta del conocido director Guy Ritchie, que continúa demostrando que no hace falta un alto presupuesto para traer una película de acción al uso, algo a lo que nos tiene malacostumbrados Hollywood, donde ya es habitual ver películas en las que cada escena de acción tiene que ser más espectacular que la anterior y donde los FX están a la orden del día. Las películas de acción de Ritchie actuales recuerdan a las que se estrenaban en los 2000, como ‘Transporter‘, donde el éxito de la película recaía principalmente en el carisma de los personajes, las escenas de acción bien elaboradas y un guion decente, en vez de en escenas casi imposibles de aviones estrellándose -‘El agente invisible‘- y coches voladores -‘Fast & Furious 9‘-. Esto le da a la película la libertad suficiente para que sus actores se diviertan más en el papel y busquen otros enfoques, sin la presión de estar a la altura de la siguiente gran escena. Y bien, Operación Fortune: El gran engaño peca en alguna de esas características que acabo de citar, ya que trabaja muy bien el carisma de sus personajes -Statham y Grant repiten de nuevo con el director- y las escenas de acción, aunque son escasas, funcionan genialmente, pero su guion es altamente simple, predecible y repetitivo.
El robo de una tecnología desconocida de un laboratorio ucraniano está causando revuelo en el gobierno británico. Orson Fortune, interpretado por Jason Statham, es la primera opción del gobierno para averiguar que está pasando. Él y su equipo rápidamente centrarán sus investigaciones en el traficante de armas multimillonario Greg Simmonds, interpretado por Hugh Grant, utilizando como señuelo a la estrella de Hollywood Danny Francesco, interpretado por Josh Hartnett.
Desaprovecha sus grandes bazas



Al tratarse de una comedia de acción, el guion de Operación Fortune: El gran engaño cuenta con una dosis de humor, pero no siempre funciona como debería. Una gran parte de los gags directamente no entran -casualmente casi todos los de Statham-, y es un hecho que perjudica en parte a la película. Y es que Statham, aun estando completamente en su salsa con su personaje, está raro en la cinta, como si no encajara completamente. El que destaca es Hugh Grant encarnando la versión engominada y bronceada de un villano multimillonario que aun estando en un papel secundario, se roba todas las escenas y denota que esta bastante desaprovechado. Todo esto subraya que Operación Fortune: El gran engaño no consigue sacar el máximo provecho de sus virtudes principales. Con algunas excepciones, es una de las películas más sencillas de Guy Ritchie, ya que no cuenta con su marca de la casa a la que nos tiene acostumbrados. Mientras que todas sus películas son más o menos reconocibles, sobre todo en montaje, cualquiera diría que esta cinta no es suya.
Entretiene, al fin y al cabo



Operación Fortune: El gran engaño claramente no pasará a la historia del cine como un ejemplo de arte narrativo de alto nivel. La falta del ‘toque Ritchie’, la trama predecible y repetitiva y el desaprovechamiento general de sus principales actores tienen en parte la culpa. Sin embargo, sus dos horas de duración, sumadas a un buen ritmo y una música y montaje que contribuyen a la dinámica de los personajes, consiguen entretener y evitar el aburrimiento. Si eres fan de Statham y Grant esta película es perfecta para ti, pero si te acercas a ella buscando a Guy Ritchie, acabarás altamente decepcionado.