One Piece por fin ya está aquí. La famosa banda de piratas del Sombrero de Paja llega en carne y hueso gracias a Netflix. Una adaptación tan esperada como temida por los seguidores del mítico y longevo manga/anime. ¿Habrá cumplido nuestras expectativas? Os damos nuestra opinión de fan.
Siendo sincero, cuando se anunció el proyecto de imagen real de One Piece, no esperaba nada de él, y más viniendo de Netflix, cuyas últimas incursiones en las adaptaciones de animes no fueron nada satisfactorias. La película de Death Note o la serie de Cowboy Bebop fueron experimentos fallidos, siendo esta última cancelada tras una temporada.
Una gigantesca obra complicada de adaptar
One Piece es una obra única en todos los sentidos, y probablemente sea el manga más difícil de llevar a la realidad. El estilo de personajes y la ambientación creada por Eiichiro Oda es surrealista, muy peculiar y variopinta. Sus personajes rozan el cartoon y se alejan totalmente de cualquier tipo de realismo: animales antropomórficos, monstruos y criaturas mitológicas, humanos con increíbles poderes… Sin contar la mezcla de culturas, inspiraciones o géneros que toca como la fantasía, la ciencia ficción, aventura, y humor, entre otros.
Luffy es un joven cuyo deseo es encontrar el legendario tesoro One Piece y convertirse en el rey de los piratas. Para ello saldrá a la mar en busca de una tripulación que le ayude a conseguir tan increible hazaña. En su camino se encontrará con el temido espadachín cazador de piratas Roronoa Zoro, la navigante ladrona Nami, el francotirador embustero Usopp y el cocinero mujeriego Sanji. Sin embargo, no estarán solos y tendrán que enfrentarse a otros peligrosos piratas y escapar de la incansable Marina.
Tenemos ante nosotros 8 episodios que cubren los primeros 100 capítulos del manga y 53 episodios del anime, la saga del East Blue. El equipo ha sabido adaptar el formato de corta duración del manga y del anime frente a la casi una hora del de imagen real. De esta forma, estos primeros arcos de Luffy y compañía duran 1 o 2 episodios en total. Aunque se pierden los numerosos cliffhangers de la historia original, se ajustan perfectamente al metraje y ritmo de las series de TV occidentales.
Además narrativamente la historia ha sufrido cambios, muchos de ellos acertados. Se anticipan futuras amenazas como la banda Baroque Works, o se integran tramas de otros personajes no protagonistas como Koby o el vicealmirante Garp. Todo ello de manera adecuada y orgánica.
Un espectáculo visual y sonoro de adaptación
La puesta en escena es sensacional. No en vano han tirado la casa por la ventana, superando el presupuesto por episodio de ‘Juego de Tronos‘. Siempre respetando el espíritu de la obra original, consiguiendo multitud de escenas calcadas al manga y anime. Mención especial al Going Merry y el resto de pintorescos barcos, los teléfonos caracoles Den Den Mushi o lugares como el restaurante Baratie o Arlong Park.
Estéticamente está muy cuidada, se nota la implicación de Oda al respecto. El maquillaje y vestuario está escogido hasta el más mínimo detalle. Además de su vestimenta habitual, el resto de ropa que visten los protagonistas la han llevado en ilustraciones originales del manga.
El desconocido casting, liderado por Iñaki Godoy, es otro de sus grandes aciertos. El elenco protagonista encaja de maravilla, siendo la viva imagen de los protagonistas. Cada uno posee la personalidad y carisma de los personajes originales. Algún secundario ha sido cambiado de género o de raza, pero en general han sido muy fidedignos al diseño de Oda.
La acción y combates se han vuelto más realistas, sin perder el estilo característico de One Piece. Algunas batallas se han cambiado del día a la noche, y las escenas de lucha se han simplificado para que sean más naturales. Aun así, las coreografías resultan espectaculares y bien llevadas.
La banda sonora de esta versión real está compuesta por Sonya Belousova y Giona Ostinelli, que ya se encargaron de The Witcher. De corte aventurero y pirata, funciona muy bien para esta versión real, incluyendo además una versión propia del ‘We Are‘, el icónico opening y tema más famoso del anime.
Algún pero tenía que tener
Como punto negativo, aunque la caracterización y diseño de producción es muy buena, algunos personajes y escenarios o decorados quedan más artificiales y raros a la vista que otros. Algo normal y comprensible, siendo muy loable el esfuerzo y trabajo por llevar hasta el más extravagante detalle del universo de ‘One Piece’.
Otro de los peros es que se ha perdido parte del humor de la obra. Sigue teniendo un estilo desenfadado, alegre y vistoso, pero no tiene algunos momentos hilarantes más típicos del manga o anime japonés. Al igual que hemos visto en las recientes adaptaciones de imagen real de Disney, al pasar de animación a imagen real se pierde también algo de expresividad en los personajes.
Por último está el problema de la larga duración de la historia original, con más de 25 años y 1000 capítulos a sus espaldas. El manga y anime siguen su curso y, aunque el autor ha confirmado que el primero se adentra en su recta final, todavía le quedan varios años para que acabe. Ante todo esto, surge la duda de si logrará verse terminada algún día o Netflix tiene intención de cortarla en algún momento dejándola inconclusa con final abierto. Eso sin contar que pueda ser cancelada si no tiene el éxito esperado, debido a su alto coste.
One Piece ha cumplido lo que se esperaba de tan esperada adaptación. Los fans nos deleitaremos al volver a vivir de nuevo el comienzo de la gran aventura de Luffy ahora en imagen real. Los novatos o ajenos al manga/anime disfrutarán de una más que notable serie, a la vez que descubren el increíble universo creado por Eiichiro Oda. Lo que está claro es que ambos vamos a querer seguir viajando en el Merry con la banda del Sombrero de Paja.