Llega a Filmin La Noche del 12, la nueva película de tras el éxito de Solo las Bestias. Un policiaco que se adentra en el trabajo de la policía judicial francesa para encontrar al asesino de Clara.
Clara sale de una fiesta de casa de su mejor amiga. Es de madrugada, vuelve sola y se la ve feliz, pero de repente alguien le espera y su vida será sesgada por un desconocido. El caso es llevado por la policía judicial francesa con un jefe nuevo, centrando la película en una investigación con nulas pistas de quién puede ser el asesino. Desde el principio, el director no quiere crear falsas esperanzas en La Noche del 12. Con un cartel informativo de que un 20% de los casos se quedan sin resolver, sabemos de antemano que el crimen se encuentra entre ese triste porcentaje.
Una idea arriesgada del director, adelantar al espectador que el asesino no va a ser descubierto. Del planteamiento sale airoso, consigue que como a los propios policías, por cada supuesto sospechoso, uno sienta que igual ese 20% de casos sin resolver no sea el de Clara, uno más. La intriga se mantiene hasta el final y no es nada fácil tras descubrir las cartas. El trabajo policial es presentando con minuciosidad, desde ese primer contacto con el cadáver en la escena del crimen, a cómo anuncian a los padres el asesinato o cada interrogatorio ante los diferentes sospechosos. Viene al recuerdo The Wire ante tanto detalle por los procedimientos, los escasos recursos o los estrechos y pequeños despachos de los policías.
Dominik Moll se desmarca de su anterior película, Solo las Bestias. Si en aquella jugaba a malabarismos tanto en el guion como en el montaje, en La Noche del 12 es más sosegado, con una historia más lineal, sin juguetear tanto con las sorpresas ni con las casualidades. Una investigación policial llevada al detalle que no cae en el aburrimiento manteniendo la intriga hasta el final. Algo televisiva, puede recordar a una serie de televisión o, mejor dicho, a un episodio piloto. Escrita junto Gilles Marchand, compañero de escritura casi desde el inicio de su carrera, recogen un hecho real basado en el libro de Pauline Guéna sobre las vivencias de la policía judicial francesa.
Bastien Bouillon vuelve a trabajar con Dominik Moll, ya lo hizo en Solo las Bestias en un pequeño papel y esta vez le da el protagonismo. Un policía Melvilliano, un solitario jefe dedicado en cuerpo y alma a su trabajo. Sin vida social y como único hobby, dar vueltas en una pista de ciclismo. Metáfora que utiliza el director para representar la obsesión que le provoca el caso y como todo policía, hay crímenes que le atormentan y el de Clara es el suyo. Bastien Bouillon no tiene el carisma de un Alain Delon ni de un Jean-Paul Belmondo y menos aún de Lino Ventura, lo cual repercute a la película. Queda en un personaje que interesa poco, como todo lo relacionado con sus compañeros que no llega a cuajar y menos con historias demasiado rebuscadas que no van a ninguna parte.
Uno de los temas que quiere tratar la película es el machismo latente que sin darnos cuenta está presente en todo momento. El director peca al final en subrayarlo demasiado, por si no había quedado bastante claro. La víctima, como si tratase de Laura Palmer de Twin Peaks tiene un pasado escondido, provocando tanto a la policía como al espectador los perjuicios que se tienen a mujeres con una vida sexual amplia. Los subrayados ya empiezan con los sospechosos que todos son de lo peor de la sociedad y no se salva ninguno. Nuevamente el espectador/policía enjuicia a Clara. Los personajes femeninos de la película que irán apareciendo volverán a recordar la película por dónde quiere ir.
Son las mujeres del film quienes dan un nuevo aire a la investigación. Por un lado, la mejor amiga de Clara sacando a reducir los perjuicios. La policía preguntando todo el rato sobre las relaciones sexuales de Clara. Por otro la de una jueza que vuelve a darle un nuevo giro a la investigación ya en un callejón sin salida. Luego, una nueva policía igual de dedicada al trabajo como el protagonista que da nuevas ideas. Un entorno policial masculino que termina abriendo hueco a una mirada femenina.
La Noche del 12 tiene elementos suficientes para que el espectador disfrute en las pesquisas. Ya su inicio con el asesinato de Clara corta y sin evitar esquivar la mirada, deja a cualquiera estupefacto esperando averiguar la identidad del asesino. ¿Será una historia que dejará traumatizado al espectador al igual que el protagonista? La respuesta está en La Noche del 12.