Crítica de El huevo del dinosaurio (2019): Art House made in Mongolia

Dirección: Wang Quan'an | Guión: Quan'an | Fotografía: Aymerick Pilarski | Reparto: Dulamjav Enkhtaivan, Aorigeletu, Norovsambuu, Gangtemuer Arild | Duración: 100 min

El huevo del dinosaurio

El huevo del dinosaurio afrenta los vestigios de la cultura mongola a través del arte

Wang Quan’an perteneciente a la sexta generación de cineastas chinos, materializadores visualmente de la realidad social y la aplastante modernización china, regresa con El huevo del dinosaurio a la estepa mongola y a su tradición más rural, camino que ya le brindase en 2007 el merecido Oso de Oro de Berlín gracias a La boda de Tuya. Pero entre estas dos películas se observa unas marcadas diferencias, una evolución en el lenguaje cinematográfico más cercano al Art House y alejado de la narrativa convencional, y que ha terminado reverberando en esta, su última película hasta el momento, merecedora de la Espiga de Oro de la 64 SEMINCI.

El huevo del dinosaurio supone un encuentro con largos planos fijos dedicados a la captura del tiempo y de la vastedad de las llanuras mongolas, a las que accederemos inicialmente a través de un plano objetual, todo ello para encontrarnos con un cadáver en mitad de la nada, y al que acompañaremos casi a lo largo de toda la película en forma de MacGuffin. A cargo del cuerpo, un joven policía ingenuo y principiante que será el responsable de salvaguardar la escena del crimen de los peligros del lugar, contando solo con la ayuda de la única persona que habita en 100 km a la redonda. Una mujer fuerte y conocedora de dichos peligros y fuente principal de la película. Ambos deberán pasar la noche a la intemperie.El huevo del dinosaurio

Enfocada en el ciclo de la vida y la muerte y con una narrativa dialogada casi ausente, sin atmósferas impostadas y, ricas en naturalidad como muestra el uso de una música diegetica acompañante en momentos puntales o la misma composición escenográfica. Enfrenta una problemática casi siempre desde la perspectiva de la mujer, dejando casi toda la expresividad argumental a las imágenes de esa “dinosaurio” que vive sola tal y como vivían sus ancestros, y quien verá su vida afectada tras la aparición de un cuerpo sin vida. Será esta muerte la que de paso a la vida y a la evolución del nudo.

Crítica de Largo viaje hacia la noche

El trato que hace El huevo del dinosaurio sobre la modernización inexorable, es mucho más leve que el de sus compañeros de generación, pasando levemente por encima, y siendo direccionado principalmente por un trabajo actoral, que pese a ser un elenco novel, mantiene el tipo y otorga carácter didáctico acerca de esta civilización.

El huevo del dinosaurio

La composición que conforma cada plano es sencilla, estática y añeja, así como la cultura que quiere captar con la lente. Una cultura abocada a la extinción, a la que bien hace referencia el título de la película, y por la que no pasa el tiempo. Y es que Wang sabe captar este lapso de tiempo cual Tarkovski, darle una forma, una dimensión e incluso vida. Si bien es cierto, el exceso de protagonismo de este aspecto puede hacer difuso el mensaje a comienzos del film, una vez que este está más pulido conforme avanza la trama, entra en consonancia con el cuerpo central del argumento, haciéndolo un todo.