Crítica de El caso Sloane (2017): Chastain contra todos

El Caso Sloane

AÑO: 2017 | TÍTULO: EL CASO SLOANE DIRECCIÓN: JOHN MADDEN | PRODUCCIÓN: TRANSFILM / ARCHERY PICTURES / FILMNATION ENTERTAINMENT | GUIÓN: JONATHAN PERERA | MÚSICA: MAX RICHTER | FOTOGRAFÍA: SEBASTIAN BLENKOV | REPARTO: JESSICA CHASTAIN, MARK STRONG, GUGU MBATHA-RAW, ALISON PILL, JAKE LACY, MICHALE STUHLBARG, JOHN LITHGOW, DOUGLAS SMITH, SAM WATERSON, ENNIS ESMER, ALEXANDRA CASTILLO, MEGHANN FAHY, NOAH ROBBINS, LUCY OWEN, RAOUL BHANEJA | GÉNERO: DRAMA, THRILLER| DURACIÓN: 132 MINUTOS

El caso Sloane es una de esas películas cuyo visionado cambia radicalmente se vea a un lado del Atlántico u otro. Igual ocurría con El francotirador de Clint Eastwood. Incluso en Europa nos sorprendía el arrollador éxito comercial de una cinta que ni siquiera era una de las grandes de uno de los grandes. Una hagiografía acerca de un efectivo militar nos suena a chino en un país que lleva medio siglo en paz. Europa no empatizó con el Chris Kyle que nos presentaba su director. En Estados Unidos, que está continuamente en guerra, la percepción del trabajo de Clint Eastwood cambiaba radicalmente, convirtiéndolo en el héroe nacional que aquí no veíamos por ningún lado.

Algo similar ocurre con la película que nos ahora ocupa. Elizabeth Sloane es una prestigiosa lobbista que deniega trabajar para una empresa armamentística. La requieren para tumbar en el parlamento una ley que regula la compra de armas para personas con antecedentes penales. Por el contrario, Sloane se pasa a la competencia para apoyar la proclamación de esa misma ley.

Hasta aquí todo normal. Una película de buenos y malos. Pero eso es aquí, en Europa, en España. En Estados Unidos, donde la constitución recoge el derecho de todos los ciudadanos al uso de armas, ya no está tan sumamente claro que ella sea la buena. Es más, en esta película, el personaje interpretado por Jessica Chastain es de todo excepto una santa. Protagonista que, por otra parte, está increíble en su papel —nominada a mejor actriz en los Globos de Oro. La norteamericana parece haberse especializado en papeles de mujer fuerte, decidida, volcada en el trabajo e independiente. Esta Elizabeth no es un personaje tan alejado de la Maya de La noche más oscura. Hay que reconocer que si una actriz está ocupando papeles no asociados al género, esa es Chastain. John Madden sabía del potencial del personaje y del partido que una actriz como ella podría sacarle, sin embargo no deja que ella le haga la película.

El caso Sloane no es Siempre Alice, que todo el foco recaía en la espectacular actuación de la otra gran pelirroja de Hollywood —y eso que tenía dos directores—. Madden hace su trabajo. La cámara y la puesta en escena está siempre en movimiento, como la propia acción. No para ni da tregua, porque sus personajes no se pueden permitir descansar ni un segundo. El sentido del ritmo está muy conseguido, con saltos en el tiempo y un comienzo «In media res» que ya avanza que ni Sloane lo va a tener sencillo pero que tampoco ella es trigo limpio, por mucho que su objetivo sea más que loable.

Está percepción ha de cambiar radicalmente en Estados Unidos, donde el ciudadano medio no opina como su director acerca del control de las armas. La única queja que se le puede hacer a Madden es lo tramposillo del final, con una resolución efectiva, pero en que lo verosímil pende de un hilo —cuando durante toda la trama ha sabido trabajarlo sin problema—

El caso Sloane deja al espectador con el estómago encogido acerca del funcionamiento de eso que llaman democracia. Un sistema en manos de lobbys que trabajan para grandes empresas interesadas en que una ley salga o no adelante. En ningún momento se habla de la soberanía del pueblo, del voto del ciudadano, de la política al servicio del país. El caso Sloane habla de dinero y de poder traducido en leyes. Cuanto más dinero, más poder. Cuanto más poder, más leyes a tu favor. Pero bueno… Se supone que esto solo es una película, ¿no?.