AÑO: 2018 | TÍTULO ORIGINAL: Violet Evergarden | DIRECCIÓN: Taichi Ichidate | PRODUCCIÓN: The Kyoto Animation | GUIÓN:Reiko Yoshida, Kana Akatsuki (Novela: Kana Akatsuki) | Música: Evan Call | GÉNERO: Drama | DURACIÓN: 13 episodios de 24 minutos.
Netflix sigue empeñado en llenar su catálogo del máximo número de novedades anime posibles, ya sea con contenido propio, como puede ser el caso de la brillante Devilman Crybaby, o como ocurre en esta ocasión, trayendo un anime aun reciente en Japón: Violet Evergarden.
Violet Evergarden fue un anime que generó expectación desde su primer teaser, y no es para menos, se jactaba de una animación para quitarse el sombrero, pocas veces vista en series y más común en largometrajes, ahí tenemos no hace tanto a Your Name con la excelente animación ya típica de Makoto Shinkai, que resaltaba tanto a sus personajes como al escenario de época que nos presentaba. Acompañando a la animación teníamos una historia que descaradamente iba a tender al drama, ya se veía claro en la elección de su director (Taichi Ishidate), acostumbrado a este tipo de historias como puede ser el caso de Clannad.
En su apartado técnico desde luego no ha decepcionado, es tan bonito como parecía, sin ser de esos típicos animes con un primer capítulo muy potente para llamar la atención y luego una bajada de nivel clara para ahorrar en presupuesto, aquí tenemos imágenes durante trece capítulos para formar un oasis con nuestra baba. Sin embargo, la historia, el contenido de ese dulce envuelto en un papel de oro puro, no está a la altura de su recubrimiento.
Violet Evergarden nos presenta la historia de una chica, de nombre homónimo, que ha abandonado el campo de batalla debido al reciente fin de la guerra. Violet, comenzará una nueva vida en una empresa de servicio postal trabajando como «Muñeca de Recuerdos Automáticos«. Deberá plasmar en cartas los sentimientos de las personas que contraten sus servicios, esto le enseñará además a descubrir nuevas emociones que desconocía durante su corta pero desdichada vida.
En los primeros capítulos conocemos la situación actual de Violet, sabemos qué tipo de «persona» es, alguien vacío, sin tener conocimiento alguno de los sentimientos más humanos, su única luz recae en un oficial que pereció en la guerra y cuya muerte no desea aceptar. Sabiendo esto comienza una serie de capítulos autoconclusivos donde Violet deberá solucionar los problemas de su clientes, este tipo de capítulos ocupará la mayor parte de la serie hasta el final de esta temporada. Entre medio tendremos el desarrollo del drama de nuestra protagonista al «descubrir» la muerte de su oficial.
Una serie dramática donde el drama no destaca, eso es Violet Evergarden, el drama de nuestra protagonista se trabaja de forma muy vaga con apenas tres capítulos de desarrollo para una pérdida que implica el fin de la vida de Violet tal como la conocía, la única persona que la aceptó y la primera en mostrarle cariño sin tratarla como un simple arma, la persona más importante de su vida al fin y al cabo, y tenemos un desarrollo de solo tres capítulos, incluyendo flashbacks del comienzo de su relación, para tratar tal depresión. ¿Qué nos queda? Todas las fases de la depresión que causa tal pérdida resumidas lo máximo posible y una sensación de que Violet no ha cambiado nada, y en parte es cierto, aunque se podría decir que a través de su interacciones con otras personas ha ido descubriendo ciertos sentimientos, estos no han servido ni mucho menos para acabar con su depresión o si quiera desarrollarla, ya que en los capítulos finales Violet sigue dando la misma sensación de estar rota por dentro, y seguir siendo un personaje con una personalidad incompleta y aun por desarrollar, al menos para ser más interesante que un simple cliché.
Pero el problema no recae solo en Violet, tenemos una clara estructura que siguen todos los capítulos autoconclusivos y cuyo trato no ayuda a enfatizar con los personajes que son presentados en cada uno de ellos, ya que todos tienden a sacar lágrimas finales, algo imposible cuando ni siquiera recuerdas el nombre de uno solo.
Con una gran animación no basta para tener una gran serie, más aun cuando sus virtudes no son explotadas al máximo. Está claro que la estética siempre es muy importante, pero en un drama de este tipo deja de ser prioridad y el principal peso recae en los personajes y sus historias. Un sabor agridulce el que nos dejará este bonito caramelo.