The Sisters Brothers, el renacer del Western.
En la cinta se pone en el punto de mira a ese género al que muchos expertos califican como el más cinematográfico. Sin embargo, Jacques Audiard no se escapa del posmodernismo artístico, que tiene un peaje en la mezcla de géneros, al que incrusta pulcramente el drama familiar.
Joaquin Phoenix es a las películas como el Madrid a la Champions League. Además en The Brothers Sisters, el nuevo Joker llega acompañadísimo por John C. Reilly y Jake Gyllenhaal para completar la plantilla.
El póster respiraba western, pero traía el nombre Jacques Audiard como director. Él, un guionista y director francés más fiel a las citas en la Croissete (Un profeta, Gran Premio del Jurado en Cannes 2009; y de la durísima y menos lograda Dheepan, Palm d’Or 2015), que a los blockbusters. La curiosidad jalaba.
En plena fiebre del oro en California, encontramos a los sicarios Sisters, Eli (John C. Reilly) y Charlie (Joaquin Phoenix) en medio de un pandemónium. Es el fin de una misión que pronostica en los primeros minutos un trabajo de desarrollo megaviolento.
El nuevo encargo, del que ellos poco preguntan, por supuesto, es ir detrás del sabiondo Hermann Kermit Warm (Riz Ahmed). Otra arista despunta en los intereses de John Morris (Jake Gyllenhaal).
Paisajes eternos son el camino que recorren nuestros personajes entre pueblos de bares y putas. Borracheras y exploraciones del alma. Los hermanitos resultan siendo matones irregulares, y la película además de entretener se la juega toda.
Puesto que —recuérdenme quien dijo— la adultez es ese intento de reconstruir una niñez perdida. Esa es la corriente subterránea que se agita bajo la superficie, y donde se para el director para hablar de familia, de las inevitables responsabilidades y roles que llegan al pertenecer a una, del devenir del ser y los juegos asociados a él.
Audiard se empeña, además, en tomar para subvertirlos a sus personajes del recetario. Así, Eli es el hermano mayor, grande, pesado y reflexivo; y Charlie el pequeño, ágil y loco. Dos hermanos inseparables que a pesar de sus miserias y su trato son devotos el uno del otro.
Eli y Charlie se conocen tan intensamente que con solo miradas y un par de palabras se saben hacer sangrar. Pero, es tan honda su fidelidad y tan escrupuloso el inventario del hermano que asimismo saben cuán bien cuidada está su vida en las manos del otro.
Porque, aunque la fruta no cae nunca lejos del palo, como en ese diálogo afiligranado dónde le entendí a Charlie que “la locura alcohólica de su padre que llena sus venas es lo que les hace ser tan buenos en el trabajo que tienen”, también es cierto que en el caso familiar cada fruto es diferente al otro.
Entonces, la narración se monta en la imagen de los desérticos parajes para hablarnos de dos hombres, como todos, marcados por el lugar que les tocó en la familia a la que llegaron. Un viaje en el que se atraviesa lo desconocido para llegar a lo que siempre se va a extrañar.
Y en esa relación, y como después de cada discusión familiar, queda el componente personal. El autor francés no escatima en la sonda que suelta en The Sisters Brothers. Los revólveres van de igual forma cargados con el antagonismo entre lo que uno quiere mostrar a los demás, lo que uno cree que los demás ven y lo que termina en realidad llegando a los demás. Miradas en el espejo que escuecen. Aseadas en el río que despellejan.
Los otros personajes, secundarios y extras, son puestos a bailar al son del parecer de los Sisters. El director desarrolla así la exteriorización de todas las precariedades con las que Eli y Charlie crecieron.
¿De dónde llega la ambición?, ¿a dónde se quiere llegar cuando escapamos de la realidad?, ¿repetir o abandonar el cuento paterno? Preguntas que el director responde mientras la tensión de la historia alcanza el cenit cuando los Warm y Morris se asocian por los hermanos Sisters, y con la espalda separada de la butaca uno no sabe cómo diablos es que va a acabar todo. Y el final es tan hermoso como inesperado.
The Sisters brothers tuvo un resultado tan modesto como el del Madrid en la temporada que acabó. Y aunque en el cine hay revancha en el tiempo, a mí me falta mucho oficio para atreverme con la atrevida formulación de clásico a esta película.
Sin embargo, si creo que The Sisters brothers es un wéstern repotenciado que no tiene nada que envidiar a clásicos del género, por cuanto a escenas de acción y uso de colores y locaciones; como tampoco le va nada mal la incursión en temas familiares, de tan poca cabida en este género.