Si os pregunto sobre una película de Pixar que va sobre un personaje que se ve forzado a abandonar su vida normal para emprender un viaje con un compañero con el que no se parece en nada, que empiezan mal pero pero al conocerse se hacen uña y carne y que al final del periplo se da cuenta de el viaje realmente ha sido interior, que estaba buscando algo equivocado y al final lo que encuentra es a si mismo… ¿Qué película diríais? Bienvenidos a Soul… ¿o no?
No sé… a ver que piense… ¿Up? ¿Brave? ¿Toy story 1? ¿Toy story 2? ¿Toy story 3? (la 4 no la he visto) ¿Coco? ¿Del revés? ¿Wall-E? ¿Buscando a Nemo?… Al final todas las películas de Pixar son una vuelta de tuerca de ese esquema principal, y Soul no era una excepción.
Soul sigue a rajatabla esta línea argumental. Tampoco voy a decir que sea un corta y pega, pero durante todo el metraje he tenido una sensación de déjù-vu impropio de uno de los estrenos del año. No puedo decir que la película sea mala, ni muchísimo menos. El nivel del guion, de la valentía a la hora de tratar determinados temas, el ritmo, la música… está a la altura que ha hecho grande a esta productora. Eso sí, la música no es tan protagonista ni tiene la fuerza de producciones anteriores (incompresiblemente, cuando el protagonista aquí es un profesor de Jazz). La partitura la firman Trent Reznor y Atticus Ross, los músicos de cabecera de David Fincher, a los que quizá les falte ese punto icónico que tenían sus películas cuando las musicaban Michael Giacchino o Randy Newman.
Un Tour por Pixar Animation Studios
Ahora bien… no es sólo que vuelva una y otra vez al argumento Pixar, es que por momentos me ha recordado a «Del revés«. Por ejemplo, el diseño de las almas y el de los estados de ánimo de la primera es prácticamente el mismo. La zona de los recuerdos olvidados de Del revés y el de las almas perdidas también me ha sonado a lugar común. Creo de verdad que Pixar está tan acomodado en su zona de confort que olvida que como venga otra productora de animación con algo fresco le come toda la tortilla. Es decir, que como siga durmiéndose va a venir otro y se va a marcar el «pixar» que precisamente ellos se marcaron con Disney.
No todo es un tirón de orejas a los creadores. El diseño de los personajes cuánticos, basándose en la pintura cubista no sólo es un acierto a nivel artístico, también conceptual. No se me ocurre mejor manera de crear personajes cuánticos, algo que va más allá de la física que conocemos, que mediante al cubismo, que rompió las leyes de perspectiva y espacialidad de la pintura. Minipunto para Soul.
Tampoco le faltan referencias para que los adultos sonrían y los niños pasen por alto. O eso quiero pensar, porque miedo me da el niño que haya pillado el chiste de Karl Jung. Es que realmente no le falta nada. Es Pixar 100% y al final ese es el problema de la película, que si vas a hacer lo mismo que has hecho los últimos 20 años tienes que justificarlo haciéndolo mejor. Del reves, Up o Toy Story 3 eran exactamente igual que todo lo que habían hecho antes y harían después, pero son auténticas obras maestras del cine. A Soul le falta esa mijita que la pone a la altura de sus clásicos.
Si hay algo que me ha gustado especialmente de la película es su mensaje. En un mundo en el que nos han hecho creer que hay que triunfar para ser feliz y que si no consigues tus sueños es culpa tuya, Soul nos dice que la vida hay que vivirla, que la vida es un fin en si mismo y no una meta. Y qué queréis que os diga, para alguien como el que escribe estas líneas, con una necesidad patológica de ser reconocido y frustración crónica justo por eso… se agradece que alguien te diga que sólo por ser tú ya eres especial.
Así que sí. Es otra vez lo de siempre, pero sólo por la intención que lleva… ya se ha ganado otro minipunto (y no tan mini)