El próximo 14 de abril se estrena en Amazon Prime la quinta, y última temporada, de La maravillosa Señora Maisel. Hemos podido disfrutar de los primeros episodios y, aunque confiábamos plenamente en ello, la ficción de Amy Sherman-Palladino ha vuelto a encandilarnos. ¡Crítica sin spoilers!
La maravillosa Señora Maisel, tras cinco temporadas cosechando buenas críticas y la innegable realidad de su calidad sostenida, regresa para la que será su quinta y última temporada. En los estándares de la televisión actual es, sin duda, una serie longeva y, a la vez, un buen momento para dejarlo ahí y rematar sin bajones una ficción que encandila con facilidad si uno gusta de su fórmula. Vistos los primeros episodios, que Amazon Prime prevé estrenar el 14 de abril, nos deleitamos con lo que parece un final a la altura de sus cuatro temporadas anteriores y, sobre todo, una sorpresa en lo narrativo que no desvelaremos porque, ciertamente, es todo un puntazo.
Recapitulemos: terminamos la cuarta temporada con Midge (Rachel Brosnahan), recién despedida del tour con Shy Baldwin, convertida en la cómica residente de un local nocturno; culminando, al fin, sus rodeos con Lenny (Luke Kirby) con el inevitable encuentro sexual; Abe y Rose (Tony Shalhoub y Marin Hinkle) regresando a su antiguo apartamento; Moishe (Kevin Pollack) sufriendo un parto cardíaco; y Joel y Mei (Michael Zegen y Stephanie Hsu) decididos a revelar al resto su relación y futura paternidad. Y en medio de todo ese embrollo Susie (Alex Borstein), claro está, aún al cargo de la carrera de una Maisel que no termina de despegar.
Los primeros episodios de la última temporada de La maravillosa Señora Maisel nos traen, al fin, la clave que convertirá a Maisel en una estrella en forma de un trabajo en apariencia algo alejado de su papel como stand up de escenario. Una situación que permite nuevos escenarios para la serie, de igual modo que aquella fase Catskills (o Dirty Dancing), o la del tour estadounidense, dieron color a las temporadas segunda y tercera. No revelamos más pero nuestra Maisel, nuestra Midge, se meterá de lleno en algo que sigue vigente hoy en día en el medio que nos ocupa.
Existe, además, una nueva fórmula narrativa que Amy Sherman-Palladino (y su esposo, el cual también escribe y dirige numerosos episodios de la serie) aplica en este quinto año de la Señora Maisel: no revelamos nada, claro, pero supone un inesperado soplo de aire fresco. Además se lanza en la primera escena del primer episodio. Les va a encantar, avisamos.
¿Acusa La maravillosa Señora Maisel el habitual descarrilamiento de muchas series modernas (de poderosa premisa pero que se diluye rápido) ? Probablemente superar aquel primer año (y tal vez segundo), es imposible, en una serie necesitada de un momento de efusión ágil marcado por la unión de los diálogos y las interpretaciones. Sin duda algo se ha perdido en el camino (y si lo pensamos mucho tal vez cinco años ya es un riesgo) pero el disfrute del momento, marcado por la fórmula cómica, persiste. Y a eso podemos agarrarnos.
Por si queda alguna duda, Maisel (la serie) sigue con su particular estilo formal: diálogos rapidísimos (no podemos evitar recomendar la V.O. en una serie cuyo todo son los personajes soltándose de todo a toda velocidad), comedia que evita el gag (genial la cocinera de Abe y Rose), la innata cualidad de Tony Shalhoub para que todo (pero todo) lo que diga sea gracioso con ese particular tono de voz y sus absurdas elucubraciones, y sobre todo esas largas escenas corales marca de la casa. ¿Recuerdan aquella de la cuarta temporada en el parque de atracciones? Pues tenemos una similar en una cena de Acción de Gracias que terminas dando a las gracias a Maisel, a la Palladino y a la madre que parió a todos los que han hecho posible esta seria. Ahí queda eso.
Crítica de «La Maravillosa Sra. Maisel»; Temporada 4: Sin Spoilers