Blonde es la adaptación a ojos de Andrew Dominik de la novela de Joyce Carol Oates de mismo nombre. Es una versión surrealista y arriesgada de la celebridad y la feminidad de Marilyn Monroe que se estrena este miércoles 28 de septiembre en Netflix.
Blonde es un biopic sobre la famosísima Marilyn Monroe, pero no como te imaginas. Disponemos de cientos o tal vez miles de libros, películas y documentales sobre la estrella, pero tal vez ninguno de todos ellos fuera tan aclamado como la novela del 2000 de Joyce Carol Oates, ‘Blonde’. El libro comienza con una advertencia previa, avisándonos de que su contenido trata sobre una versión destilada, rodeada de ficción que explora simbólicamente una pequeña selección de la vida de Monroe. Blonde es una adaptación cinematográfica directa de la novela a través de la mirada de Andrew Dominik, el director y guionista de la película. Esta cinta, por tanto, no es una película biográfica al uso, como podría serlo ‘Bohemian Rhapsody‘, ‘Rocketman‘ o ‘Elvis‘, sino una tragedia surrealista que mezcla hechos reales con ficticios y nos muestra la persona atormentada que está detrás del icono de Marilyn Monroe. Si uno entra en esta película con la creencia de que será testigo de una representación veraz de la actriz, sin duda acabará muy decepcionado.
Blonde es una película desordenada, ambiciosa y tremendamente arriesgada de 165 minutos. Andrew Dominik la divide esencialmente en varios pasajes de la trágica vida de Norma Jeane, la persona tras el personaje de Marilyn Monroe. Comenzando con su infancia abusiva, la película se dirige a Marilyn como una estrella prometedora, viviendo dignamente como modelo pero soñando con convertirse en una gran actriz. Es importantísimo recalcar que Blonde es conscientemente extraña desde su primer momento, con una tormenta de tonos, relaciones de aspecto y cambios del color al blanco y negro. Esto da como resultado una película tan cargada de florecimiento cinematográfico y tan comprometida con la subjetividad y la visión del director que es deslumbrante de contemplar de principio a fin.
Ana de Armas está espectacular



Ana de Armas está fascinante en el papel, rozando cotas de excelencia en su actuación, que se siente vívida, auténtica y desgarradora. Desde el primer momento su parecido con Marilyn es inquietante, hecho que Dominik refuerza recreando varias de sus fotografías y escenas más icónicas. La actuación de Ana es clara merecedora de una estatuilla, y es lo que transmite directamente, como si se tratara de brujería, muy a la par de Joaquin Phoenix en ‘Joker‘. Parece mentira que estuviéramos ante tremenda actriz cuando muchos la conocimos por primera en ‘El internado‘, pero ya comenzó a sobresalir en ‘Puñales por la espalda‘ y ésta, sin lugar a dudas, es la mejor actuación de su carrera.
Dominik exprime al personaje de Marilyn al límite, obligando a Ana a realizar cambios bruscos entre Norma Jeane y Monroe, como si de una doble personalidad se tratase. Ana también muestra toda su naturaleza sexual al completo, al igual que hizo Marylin para contentar a la sociedad machista que asolaba la época y así ser aceptada, aunque eso la llevara a quedar rebajada como un simple trozo de carne y a ser sujeto de abusos. En Blonde, el dolor de Monroe que Ana logra transmitirnos con extrema dedicación nunca es definitivo. Los insultos, los abandonos, las palizas, las violaciones y las adicciones son los principios organizativos de la película y sobre lo que gira todo lo demás.
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Quien no arriesga no gana



Sin duda, Blonde no es una película al uso. Es una obra de autor estimulante y, como ya he dicho, extremadamente arriesgada. Como siempre pasa con los atrevimientos en el cine, la película no es perfecta, y sufrirá muchas malas críticas debido a que su entendimiento es altamente subjetivo. La utilización de las diferentes técnicas cinematográficas de una manera tan artesanal para narrar las muchas degradaciones que se infligieron al cuerpo y al espíritu de Monroe no siempre son correctas, pero consiguen una anarquía altamente lograda para Dominik.
Si bien es casi imposible defender coherentemente esa elección de técnicas en algunas situaciones, la anarquía de Blonde es su mayor fortaleza. Incluso aunque la estructura de la cinta pierda forma cuanto más avanza en sus casi 3 horas de duración, prácticamente todas las escenas son convincentes por alguna u otra razón. La propia fascinación que produce la actuación de Ana de Armas y la extraña dirección de Andrew Dominique, hace que uno quiera seguir viendo más y más. No es una película para todo el mundo, así como dije en la crítica de ‘El poder del perro‘, pero sí que es una película digna de ver y altamente recomendada.