Ciclo Scorsese | La invención de Hugo (2011): El poder de capturar los sueños

Ciclo Scorsese, infiltrados

Seguimos el ciclo de Scorsese con paso firme para detenernos en 2011 con La Invención de Hugo, uno de los filmes más infravalorados del director, pero también uno de los más mágicos y especiales.

LA MAGIA DEL CINE

Seguro que la mayoría recordáis con cariño vuestro primer contacto con el cine, las primeras películas que visteis, las cuales os traerán buenos recuerdos de vuestra infancia. Esa inocencia y capacidad para impresionarnos quizás ya no esté tan presente en nuestra edad adulta, pero la madurez nos ha dado la capacidad para disfrutar del séptimo arte de una manera más profunda y analizada. Sin embargo, de vez en cuando es bueno sacar el niño que llevamos dentro.

Basada en el libro La invención de Hugo Cabret de Brian Selznick, la película nos cuenta la historia de Hugo, un joven huerfáno que sobrevive en las calles de París de 1930. En el camino para reparar el misterioso autómata de su difunto padre se topará con el mismísimo George Méliès, cambiando su vida por completo, sumergiéndose en el imaginario fantástico del cineasta francés.

La invención de Hugo se aleja completamente de la mayoría de la filmografía de Scorsese, abarcando temas fantásticos y un tono para todos los públicos. Aquí no veremos el ascenso y caída del personaje, grandes dilemas morales, ni al Scorsese más pesimista o crítico, sino todo lo contrario, el filme derrocha optimismo y calided por los cuatro costados. Es por ello que es ideal para ver con la familia o introducir a los más pequeños en la historia del cine.

Quizás por ello sus personajes son algo más planos y sencillos de lo habitual, porque aquí lo importante es el experimento visual y el homenaje al séptimo arte. A lo largo de la película veremos grandes obras desde Viaje a la Luna, El Hombre Mosca, Llegada del tren a la estación de La Ciotat o actores clave como Harol Lloyd, Buster Keaton o Charles Chaplin. Un gran ejemplo del cine dentro del cine.

En cuanto al reparto tenemos a unos jóvenes Asa Butterfield (Hugo) y Chloe Moretz (Isabelle) que aportan el toque inocente a la cinta, aunque el verdadero protagonismo recae en un notable Ben Kingsley, caracterizado fantásticamente como Méliès. A su vez cuenta con un plantel de secundarios de auténtico lujo como Sacha Baron Cohen, Jude Law o el mítico Cristopher Lee. Todos ellos consiguen que ese barrio de París cobre vida, siendo la propia ciudad la verdadera protagonista en muchos momentos del filme.

MARAVILLA VISUAL

Nominada a 11 premios de la academia, finalmente se llevaría 5 oscars técnicos (fotografía, diseño de producción, efectos visuales, sonido y edición de sonido). Es por ello que la factura técnica es uno de los grandes baluartes del filme. La tecnología se pone al servicio de la historia para ofrecernos una delicia para nuestros ojos. Scorsese se atrevió a experimentar con el cine en tres dimensiones para ofrecernos un auténtico viaje a los comienzos del cine, destacando una exquisita fotografía estereostópica y unos preciosos efectos visuales.

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No en vano, la película sigue siendo una maravilla visual sin el 3D, quedándonos embobados con las panorámicas de París y su cuidada ambientación. La música de Howard Shore consigue sumergirnos aún más en la atmósfera de la época, encajando muy bien con ese aire bohemio francés y soñador, combinando temas alegres y dinámicos con otros más meláncolicos, pero que nos evocan momentos mágicos de ensueño.

La Invención de Hugo

EL TOQUE SCORSESE

Si tuviera que quedarme con varias escenas memorables donde se pueda apreciar el arte de Scorsese serían sin duda la escena introductoria y la final, ambas dos espectaculares planos secuencia que definen muy bien el cine de Marty.

El primer plano secuencia logra situarnos en la estación de Montparnasse, paseando entre los ándenes y los viajeros, para centrarse en el reloj y en los ojos de nuestro protagonista, Hugo Cabret. El segundo, situado en una fiesta semanas después del final, nos sirve para cerrar las tramas de todos los personajes que hemos ido conociendo, terminando en el autómata, el gran artífice para el desarrollo de la trama de la película. En una sola escena de menos de dos minutos, ambas logran introducir y cerrar la película para el espectador de manera sublime.

Está claro que La Invención de Hugo no es una de las mejores obras de Martin Scorsese, tampoco pretende serlo, es un gran homenaje a la historia del cine y a ese creador de sueños llamado George Méliès, a la magia que nos maravilló de pequeños y sigue haciendo de mayores. Poder vivir esa sensación bajo los ojos de Hugo merece la pena, pero si encima está realizada con tanto mimo y virtuosidad como Scorsese sabe, la convierte en una pequeña joya para los cinéfilos más soñadores.