Tras el primer volumen de 6 películas que iban a tener un director distinto, terminamos nuestra lista con 6 más, a cada cual más interesante.
Volumen I
Gladiator
¿Quien la iba a dirigir?
Mel Gibson. En un primer momento había sido elegido para encarnar a Máximo Décimo Meridio, pero el australiano estaba tan entusiasmado con el proyecto que pidió ser el director. Al final ni lo uno ni lo otro. ¿Qué ocurrió? Pues precisamente que se emocionó demasiado y la productora temió que un blockbuster terminara convirtiéndose en una película de autor.
¿Cómo hubiera sido?
Gladiator, en manos de Ridley Scott, es una película espectacular que ha dado a la historia del cine uno de los personajes más carismáticos e icónicos jamás creados. ¿Mel Gibson lo hubiera podido hacer mejor? ¿Alguien duda lo contrario?
The Batman
¿Quién la iba a dirigir?
Ben Affleck, una elección como actor que hizo montar en cólera a todos los fans del comic (y del cine en general). Curiosamente entusiasmó a los mismos cuando se le anunció como director. Ahora bien, el fracaso crítico de Batman vs. Superman y de su última película como director le ha hecho cambiar de idea. Affleck es conocido por ir paseando sus penas por todo Hollywood. Cuando no fue nominado como director por Argo, se ganó el apelativo de Sad Affleck por la cara de perrito abandonado que lucía en todas las entrevistas. Ahora parece que sigue igual y para su personalidad depresiva pesan más los palos que el mismísimo Óscar a mejor película.
¿Cómo hubiera sido?
Profunda, introspectiva, trepidante, oscura, compleja… básicamente igual que lo que terminará siendo dirigida por Matt Reeves, así que no importa tanto el cambio. De todos modos, la franquicia Batman va a perder una de sus características: Ser película de firma. Desde 1989 las películas de la saga han llevado detrás a un director que las ha dotado de una fortísima personalidad. Hablamos del Batman de Burton, el Batman de Schumacher, el Batman de Nolan… y no habrá el Batman de Affleck. Mucho tendrá que sudar ahora Reeves para que digamos que The Batman es su The Batman.
Moneyball
¿Quién la iba a dirigir?
Steven Sodenberg, un director a medio camino entre el mainstream y el independiente que no termina de ser ni o uno ni lo otro. No era una mala elección, aunque fue despedido del proyecto a favor de Bennett Miller. ¿Qué fue lo que ocurrió? Que Sodenberg quiso hacer una película independiente siendo Moneyball un lanzamiento mainstream… ¡y tan independiente!
¿Cómo hubiera sido?
Un documental. Esa era su idea y por eso le dieron la patada. Miller consiguió su primera nominación al Óscar por Moneyball, así que seguramente pasó lo mejor que podría haber pasado.
Godzilla Rides Again
¿Quién la iba a dirigir?
Akira Kurosawa, y no es broma. El genio japonés era un gran amigo de Ishiro Honda, director de la primera película acerca del monstruo. Solía aconsejarle y visitar a menudo el set de rodaje. Interesado por las posibilidades épicas y poéticas que podría llevar el género kaiju, se ofreció para rodar la continuación. El problema es que tanta épica y poesía se traducía en un exceso de presupuesto, por lo que la productora decidió contratar a otro director menos inspirado pero más económico. De hecho, el monstruo de Godzilla estaba previsto haber sido realizado en Stop-Motion. El dineral que eso hubiera costado para un Japón de postguerra derivó en que finalmente fuera un actor disfrazado destrozando una maqueta. Cutre, pero icónico.
¿Cómo hubiera sido?
Glorioso. Nada más que añadir.
La princesa prometida
¿Quién la iba a dirigir?
François Truffaut, y tampoco se trata de una broma. Al francés le entusiasmó la novela original y trató de ser el primero en llevarla al cine. Otra vez el maldito parné impidió que su proyecto se consolidara. No fue el único, Robert Redford también dejó caer que se quería hacer cargo de la dirección. Seguramente al productor le dio mas miedo lidiar con tanto ego en la silla de dirección que unos milloncejos de más, el caso que es que dijo no a ambos.
¿Cómo hubiera sido?
Para empezar, una película francesa. Eso lo dejó muy claro el autor de Los 400 golpes. Nadie va a restarle méritos a Truffaut a estas alturas. No sólo fue una de las personalidades más importantes de la Nouvelle vague, sino que cambió por completo cómo había que interpretar el cine. Colocó a la cabeza de la crítica el cine americano, que hasta entonces se entendía como un simple entretenimiento. Directores como Ford y Hitchcock no habían sido valorados hasta que él puso el foco de atención sobre ellos. Lo más importante de todo es que separó a la figura del director del resto del equipo para colocarlo como el creador de la película. Hoy eso se ve como la única manera de verlo, pero hasta la nueva ola francesa, eso no era así. Su cine es innovador, trasgresor, parco, directo, de estilo casi documental… ¿Pero lo ve alguien dirigiendo un cuento de hadas?
El capitán trueno
¿Quién la iba a dirigir?
Juanma Bajo Ulloa. Corría los años noventa y el director vasco estaba considerado la mayor promesa del cine español. No sólo se había ganado a la crítica, sino que reventó la taquilla con una de las comedias que más han calado en la cultura popular nacional: Airbag. Pero no sólo era listo, talentoso y visionario. También era insoportable y fue su mal carácter lo que finiquitó una carrera que se preveía gloriosa. Durante mucho tiempo no consiguió trabajo y, cuando lo lograba, era en proyectos ajenos (como ser segunda unidad de Torrente 4). El capitán Trueno era su proyecto estrella, pero la condena al ostracismo de su director la llevó también al limbo… junto con el Fumanchú de Álex de la Iglesia.
¿Cómo hubiera sido?
Depende. De rodarlo en 1998 como tenía previsto, seguramente sería una de las películas más míticas del cine español. De rodarla ahora, y visto el pésimo resultado artístico de Rey gitano… igual de mala.
Y tú lector, ¿añadirías alguna más?